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‘Viva la vida’: Frida Kahlo

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Por: Mtra. Margarita Estrada

Hace muchos años, visité por primera vez la Casa azul: Museo Frida Kahlo, ubicada en la calle de Londres 247, en Coyoacán. La casa donde nació, se casó y falleció la pintora Frida Kahlo. Recuerdo que la recorrí sin prisa, disfruté cada espacio de ella, cocina, estudio, comedor, galería, habitación, jardín. Imaginé como podría haber sido su vida cotidiana. Lo que me proporcionó una sensación interna de gozo, descubrir sus pinceles, vitrinas, libros, pinturas, fotografías, fue un deleite. Su última pintura, que hizo antes de morir, “Viva la vida, sandías” quedó grabada en mi memoria. En aquellos días, aún no se estrenaba la película de cineasta Paul Leduc, “Frida: Naturaleza Viva”, que interpretó la actriz Ofelia Medina, y Juan José Gurrola en el papel de Diego Rivera. Mucho menos me imaginaba que en el 2002, se realizaría una nueva versión de Frida dirigida por el cineasta Julie Taymor, cuyo papel fue interpretado por la actriz Salma Hayek. Cinta que difundió en el imaginario colectivo la imagen y aspectos de la vida de la pintora, basada en el libro de la escritora Hayden Herrera, sobre la biografía de Frida Kahlo.

Su vida es como una gran novela, que cautiva y atrapa. Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nació el 6 de julio de 1907, aunque ella eligió como fecha de su nacimiento 1910, cuando fue el estallido de la Revolución Mexica. Sus padres fueron Guillermo Kahlo un inmigrante alemán, que contrajo matrimonio con la oaxaqueña Matilde Calderón.

Frida fue una niña que tuvo que superar la poliomielitis en su niñez. Paso por una larga recuperación, después que el 17 de septiembre de 1925, a la edad de 18 años, sufrió un accidente, que cambio su vida, éste le dejo graves secuelas. Durante su convalecencia descubrió su gran pasión por la pintura. Cuando pudo volver a caminar, quiso conocer la opinión del muralista Diego Rivera sobre su trabajo, lo buscó cuando él realizaba los murales en la Secretaría de Educación Pública, quién la exhorto a seguir pintando.

Tiempo después contrajo matrimonio con él, su relación estuvo basada en la admiración que sentía uno por el otro, con el tiempo la salud de Frida se fue deteriorando, por las secuelas de su accidente tuvo varios abortos, en su matrimonio hubo infidelidades, entre la más dolorosa fue la que el muralista sostuvo con la hermana de Frida, Cristina, y finalmente la amputación de su píe. Frida se divorció de Diego en   1940, para volverse a casar con él, un año después.

El matrimonio Rivera Kahlo, fue el encargado de recibir en 1937 a León Trotsky y su esposa, quienes vivieron exiliados en la casa de Frida en Coyoacán, donde surgió una relación amorosa entre ella y el líder ruso.

Frida Kahlo, fue una pintora que supo plasmar en su obra las experiencias de su existencia, alegrías, tristezas, frustraciones, decepciones, el gusto por la naturaleza, los animales, los frutos, sus convicciones políticas, su gran amor y dependencia por Diego Rivera, el dolor físico. La pintura se convirtió en un diario de sus vivencias. Ella se convirtió en una observadora de sí misma, se fue adentrando en el conocimiento de sus enfermedades, su rostro, su cuerpo. Ella fue una creación de sí misma, diseño su propio estilo de vestir, relacionado con nuestras raíces, con nuestra mexicanidad, sus joyas de estilo prehispánico, sus arreglos florales en su cabello, que plasmó en sus pinturas, que estremecen, conmueven, confrontan y son duras. André Bretón, máximo exponente del movimiento surrealista calificó la obra de Frida Kahlo como tal. Aunque ella siempre lo negó.

 Transmitió sus conocimientos como maestra en la escuela “La Esmeralda” y miembro del seminario de Cultura Mexicana. Fue de las primeras mexicanas en lograr exponer su obra pictórica en el extranjero de manera individual, en 1938, en Nueva York.  Su obra también fue expuesta en la Galería Renou et Colle de París, así como en otras muestras colectivas que a lo largo de su vida se presentaron en México. Participó en la Exposición Internacional del Surrealismo organizada en 1940 en la Galería de Arte Moderno en la ciudad de México.

Lo sorprendente que, a más de un siglo de su nacimiento, Frida sigue cautivando y fascinando, como fue en la exposición denominada “Frida Kahlo 1907-2007 Homenaje Nacional” que se exhibió en Bellas Artes conformada por 354 piezas, entre óleos, dibujos, grabados, acuarelas, manuscritos, cartas y más de 100 fotografías personales, que permitió a las nuevas generaciones conocer su obra.  

Y qué decir de la exposición «Frida Kahlo: Making her self up» se convirtió en una de las muestras más icónicas del Victoria & Albert Museum de Londres, Inglaterra, al vender más de 20 mil boletos en preventa y romper récord en el primer día de exhibición.

En la actualidad el arte y figura de la pintora mexicana atrae públicos en los recintos en donde se exhibe, en su itinerario por Brasil, su exposición logró cifras históricas de asistencia, acudieron 600 mil visitantes. Lo mismo sucedió en Corea del Sur, en Sydney, Australia, en   Tokio, Japón. La obra artística de Frida también estuvo por primera vez en Rusia, en el Museo Fabergé de San Petersburgo, del 3 de febrero al 2 de mayo de 2016. La crónica de los diarios dice que a las afueras de donde se ubica el museo, se observaron largas filas de personas.

Frida Kahlo, es una mujer atemporal, su pintura, su vida, su imagen, siguen vigentes. Se ha convertido en un ícono en el arte, en la moda, la cultura, como activista política. Fue una creación de sí misma, cuyas pinturas han traspasada las barreras del tiempo y el espacio, su nombre e imagen es sinónimo de éxito en la mercadotecnia, libretas, bolsos, muñecas, restaurantes, tiendas de ropa y de artesanías, galerías, salas, escuelas, bibliotecas, llevan su nombre. Modelos, diseñadores, artistas, han emulado su estilo de vestir, de usar sus joyas, peinarse, pintar, convirtiéndose en un referente. Quizá ni ella misma se imaginó, que su obra pictórica y su vida, dejarían una huella indeleble, que admiran personas de diferentes partes del mundo.

Sólo puede decir: Frida sigue más viva que nunca. ¡Viva, la vida!

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