Soy Vianey Arroyo y quiero contarte que soy una cinéfila un poco descarriada. No, no soy experta en cine; pero me gusta hablar, así como escribir sobre cine, sobre todo de cine comercial. Aunque veo todo lo que puedo, donde puedo. Últimamente también soy consumidora de series en cualquier plataforma que me quede a la mano.
Te comparto mi relación con el cine desde el principio. A la edad de 4 añitos me llevaron por primera vez a ver una película y lo primero que dije frente a la pantalla grande fue: ¡Mira, mamá, qué televisionsota! Qué vergüenza, pero después aprendí a amar el cine como hasta la fecha.
En mi infancia hubo dos experiencias cinematográficas que me marcaron. Una detrás de la cámara o debiera decir frente a la cámara, pues mis padres son actores, por lo que pude seguir de cerca sus andares no solo por los foros de teatro, sino también por los pasillos de televisoras y centros nocturnos, así como por locaciones o estudios de cine. La otra razón por la que tengo hábito de ir al cine es porque cuando era niña mis papás me llevaban a ver películas infantiles a un cine que había en Av. Coyoacán, en la Ciudad de México, el cual tenía en su fachada un relieve del castillo Disney.
De aquí doy un gran salto a cuando hice la carrera. He de decir que en algún momento quise estudiar dirección de cine; sin embargo hace treinta años eran pocas las mujeres directoras, así que recibí mucho desánimo para ello. Entonces, para titularme de la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM, empecé una tesis sobre La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero, comparada con las tres versiones cinematográficas. Digamos únicamente que el proyecto no prosperó. Aunque, por aquellos tiempos tuve la oportunidad de ser segunda asistente de dirección de un home video de acción dirigido por Jorge Ortín (hijo del gran actor de teatro y doblaje Polo Ortín).
Un punto importante en cuanto a mi relación con el cine está en los diferentes momentos en que he trabajado en el área del periodismo. Por ejemplo, en mi paso por El Universal Querétaro donde fui reportera, después editora y por último columnista conté con la oportunidad de tener un espacio para escribir sobre literatura y cine.
Ya en la maestría, después de muchas vueltas que no les daré a ustedes para leer aquí, hice la tesis: Divergente -texto literario y fílmico- Una propuesta metodológica para la enseñanza de Estudios Literarios. Para ello tuve la suerte de contar con la asesoría de una experta en medios audiovisuales, la Doctora Esther Bautista, con quien tuve la afortunada oportunidad de ir al VI Congreso de ASAECA (Intensidades políticas en el cine y los estudios audiovisuales latinoamericanos. Identidades, dispositivos, territorios) en la Facultad de Humanidades y Ciencias, en la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe, Argentina).
Talvez esté por demás, pero igual que muchos de ustedes durante la pandemia, muy triste porque nos habían cerrado las salas de cine, me pegué a la televisión a ver todo lo visible narrativamente hablando. Quizás es eso lo que me atrae del arte cinematográfico, lo mismo que de las demás realizaciones audiovisuales, que me cuenten una historia, tal como lo hacen los libros, como me gustaría a mí hacerlo. Por eso estoy aquí, contando mis anécdotas para ustedes, apreciables lectores, lo cual me hace tan feliz como cuando escribo un anuncio, una nota de revista o de periódico o cuando voy a ver una cinta, cuya trama me embelesa tanto que a veces puedo llegar a las lágrimas (Soy de las locas que al final puede aplaudir sin pena).
Agradezco infinitamente a este sitio informativo LCV, de igual manera que a su administrador, Edgardo Fernández por este espacio; así como su confianza para que yo pueda echar pluma, que es mi mayor pasión, acerca de algo que me divierte tanto.
“Tú dime rana y yo escribo.”
Vianey Arroyo
Alias: Vinny