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Lluvia y cántaros en las bóvedas.

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Algunas de las maravillas de estudiar o dedicarse a la restauración y conservación del patrimonio histórico son las soluciones en la arquitectura antigua que nos permiten entender la lógica constructiva de nuestros ancestros así como nutrir la nuestra. 

Desde tiempos prehispánicos con la praxis y hasta por herencia de procedimientos ultramarinos que fueron adoptados o impuestos, contamos con un abanico notable de técnicas constructivas en nuestro país. 

Aunque las piezas de cerámica depositadas en el interior de las bóvedas en los templos son un tema llamativo no es muy frecuente ya que para hallarlas se requiere una intervención mayor y por otro lado parece ser más común en España, en especial en los templos Barceloneces.

En las bóvedas góticas catalanas el sistema constructivo empleaba piezas de cerámica como capa de relleno. Al observar por los orificios de ventilación se apreciaba el espesor considerable de la cubierta de las catedrales, sin embargo el relleno entre azotea y bóveda de piedra resultaba un misterio hasta que más tarde se pudo corroborar escudriñando en la construcción y en evidencias documentales. En archivos de finales del siglo XIV se ven cantidades apartadas para comprar ánforas y cacharros defectuosos de cerámica para insertarlos en las bóvedas a los cuales se les denominó frentum o fractum por estar rotos o dañados y por los que solo se pagaba el transporte.  

De esta manera se resolvió la inclusión de cerámicas como relleno peculiar en las bóvedas de la época. Esta solución resulta ingeniosa, pues aligera de manera significativa el peso de la estructura evitando peso muerto adicional y logrando las formas magníficas del gótico. Estos cacharros por su constitución y su forma hueca resultan ligeros y resistentes permitiendo mantener la esbeltez en la estructura sustentante. 

De esta solución hay antecedentes romanos, bizantinos y románicos aunque los arquitectos catalanes lo emplearon con una genialidad inigualable hacia los siglos XIV y XV, numerosos templos incluyendo la catedral de Barcelona dan testimonio de ello. 

Podemos mencionar el sistema de tubos cerámicos como un antecedente para bóvedas más ligeras. El Tubi fittili en bóvedas alemanas consistía en estructuras de estas cualidades cuyas más antiguas se remontan al siglo III a. C. en Sicilia donde se aprovechó el mortero de yeso con piezas cerámicas tubulares colocadas en disposición de arcos sucesivos hasta cerrar las bóvedas. Pero incluir estas piezas cerámicas de usos varios en una construcción ayudo ampliamente a consolidar un sistema de cubiertas singular y funcional. 

Ahora volvamos a Mexico, donde seguramente por herencia española se adoptó el “sistema aligerante de cerámica” para los templos novohispanos. Así lo han demostrado algunos hallazgos en inmuebles  históricos ubicados en su mayoría en el centro y sur del país pero han aparecido algunos peculiares hacia otras direcciones como en el Templo de Dolores en Monterrey que data del año de 1909 donde ya por adopción se utilizó esta técnica. 

En las obras de restauración, rehabilitación y conservación de templos del Estado de México, Guanajuato, Puebla, Nuevo León y Ciudad de México, se han descubierto bovedas con piezas cerámicas de todo tipo: ánforas, arcaduces, barriletes, botes, braseros, cántaros, coladores, jarras, ollas, macetas, morteros, jarros, orinales, tinajas, pucheros y hasta cañerías. De todos estos incluso hay variación en sus acabados, siendo algunos esmaltados, con decoración, sobrios, policromados o con variedad en los tipos de cerámica usada para su elaboración. 

Cualquiera que sea el tipo y decoración de estas vasijas lo interesante de haberlas hallado inmersas en la bóveda de un templo es la originalidad de su uso estructural que siempre será un dato atractivo para quienes disfrutamos de los edificios históricos. 

Finalmente, la satisfacción de intervenir bienes patrimoniales está más allá de preservar nuestra historia, pues nada nos nutre más que poder investigar, difundir y valorar cada pieza de conocimiento, cultura y arte que envuelven los monumentos.

por M-Arq.-Adriana-Landero
Por: M.ARQ. Adriana Landero

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