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LAS PÉRDIDAS Y EL PROCESO DE DUELO

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Parecía un día cualquiera

 

Un día rutinario… y de pronto recibí la noticia, esa que temía y que nunca imaginé que iba a llegar. En segundos mi cuerpo se estremeció, mi corazón dio un vuelco, se arremolinaban pensamientos de todo tipo en mi cabeza… simplemente no lo podía creer… ¿Te ha pasado?

Generalmente cuando hablamos de pérdidas inmediatamente pensamos en la muerte, pero no necesariamente es la única que nos lleva a enfrentar y vivir un duelo. Las pérdidas llegan a nuestra vida en momentos inesperados o en los que sentimos estar menos preparados.

El ser humano necesita de vínculos para crecer y desarrollarse. Cuando algunos de esos vínculos se rompen, surge un periodo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo.

Las pérdidas se presentan en cualquier ámbito de nuestra vida: laboral, salud, bienestar económico, relaciones personales, propiedades, seguridad e integridad física. Y es entonces cuando llega el momento de enfrentar cara a cara la pérdida y en consecuencia entrar en un proceso de “duelo”.

Pero ¿qué es el duelo? … El duelo es el proceso de adaptación emocional ante una pérdida.

No es depresión, no es ansiedad, no es un estado psicológico desequilibrado; simplemente se está viviendo una situación que produce una profunda tristeza, que  produce miedo ante la idea de seguir viviendo “sin aquella persona, situación, circunstancia o condición” que nos proporcionaba estabilidad, felicidad, seguridad, confianza, amor, equilibrio etc.

Dependiendo del tipo de pérdida y la intensidad con la cual se sienta, puede causar impacto en diversas áreas de la vida: física, emocional, cognitiva, conductual, social, espiritual), y la persona podría sentirse incapaz de poder superarlo.

Si bien es cierto que no todo proceso de duelo requiere de una intervención profesional y que la gran mayoría de las personas pueden adaptarse a la vida de nuevo a pesar de la pérdida, es importante señalar que cuando se siente incapacidad de seguir adelante, es importante reconocerlo y pedir ayuda; ya que de lo contrario se corre el riesgo de agravar la situación dificultando el proceso de adaptación emocional y en consecuencia generar estados de mayor riesgo o incluso conducir a más pérdidas.

La estrategia para el manejo del duelo es darse tiempo y permiso para abordar de forma consciente el proceso y poder restablecerse. El tiempo en sí mismo no alivia pero es necesario para realizar los ajustes que conduzcan a la superación la pérdida. Lo que se haga en ese tiempo es lo que verdaderamente brindará una solución real para continuar con la vida “a pesar” de la pérdida.

Así que, si estás pasando por un duelo o estás viviendo una pérdida que no estés pudiendo superar por ti mismo, date la oportunidad de pedir ayuda profesional.

Iliana Cortes

 

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