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Cal- arena- huevo.

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El patrimonio histórico nos ofrece no solo escenarios de momentos importantes de la identidad de un lugar sino para los arquitectos, historiadores y más interesados, los inmuebles de valor cultural nos brindan información en cada rincón de su constitución al punto del análisis. 

Una parte de este análisis la conforman los materiales que se ocupaban en las construcciones antiguas y que hoy en día ya no son utilizados o bien se usan en mucho menor medida, generalmente por ser de origen orgánico.

Uno de ellos es la clara del huevo la cual se añadía al mortero para hacer a la mezcla más resistente e incluso se usó para dar una capa cubriente e impermeable a las bóvedas en conjunción con la cal.

El líquido semitransparente posee un alto contenido de proteínas es por ello que  se empleó la clara, sin embargo hay datos que no especifican y que solo mencionan huevos en la lista de materiales usados en algunas construcciones sobre todo de Europa, en donde los huevos de pato no podían faltar en las obras de construcción.

Los morteros antiguos  para pegar piedra se fabricaron con cal apagada, arenas generalmente de río y muchas veces ingredientes orgánicos como la clara de huevo y a veces incluyeron alguna baba como la savia o en Mexico el agua miel o mucílago de nopal.

Los agregados mejoraban la calidad de la mezcla sobre todo cuando los aditivos poseen alto grado de proteína;

estos afectan positiva-mente la plasticidad y el tiempo de solidificación del mortero coadyuvando en la finalidad de su uso y aún más en casos específicos como son las construcciones que eran inmersas en agua:

puentes, murallas, canales, albarradones, etc.

Incluso, si vamos atrás a la Edad Media al rededor de los años 1200 -1300 además de huevo se usó como liga para los morteros:

la cera de abeja, malta, sangre, azúcar, jugo de fruta, excremento, orina, entre otros; pero no solo en los puentes, también en elementos expuestos a la intemperie cuyo mantenimiento  se complicaría por situarse en altura como los cupulines y las bóvedas.

Aquí en Mexico se usó la clara, la sangre de buey o cerdo, pelo de animales, algodón,  paja y el mucílago de cactus como aditivos.

Este último es un elemento usado solo en nuestro país que al igual que el aguamiel son actualmente empleados aún en la rama de la conservación y restauración de monumentos.

Pero además de estos agregados muy mexicanos, también se usaron algunos de los antes enlístados dado que en cada región aparentemente se experimentaba con los componentes buscando mejorar las resistencias y comportamiento de los fraguados.

Hay evidencia de sangre en morteros de cal aplicados en algunos monumentos históricos del Estado de México en sitios con condiciones de humedad importantes donde incluso las juntas presentan un color rojizo y actualmente se encuentran en excelente estado de conservación, pero estos vestigios se han hallado tanto en arquitectura virreinal como prehispánica y a lo largo y ancho del país. 

Adicional-mente para bienes muebles la clara de huevo sigue siendo ingrediente común para el trabajo al temple.

Está comprobado que los morteros con aditivos orgánicos mejoran muchas propiedades para la construcción y hoy en día para la conservación y restauración de bienes muebles e inmuebles, pero también es un hecho que la experimentación no es novedad por lo que en cada región vale la pena hacer pruebas con distintos componentes que históricamente se sabe que se usaron o funcionaron dado que cientos de años más tarde estos monumentos siguen existiendo y maravillándonos.

No se trata de descubrir el hilo negro, y antes de optar por materiales industriales es conveniente acudir al llamado de la historia los alarifes ya habían buscado opciones con lo que se tenia a la mano que generalmente es lo mejor si hablamos de sustentabilidad.

Ya que se sabe que el huevo proporciona mejor plasticidad y liga entre los componentes de la mezcla, conforma pues un ingrediente crucial desde tiempos remotos para la construcción, por lo que su estudio, utilización y valor serán mantenidos seguramente por mucho tiempo más.

por M-Arq.-Adriana-Landero
Por: M-Arq.- Adriana Landero

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