Por: Pablo Sánchez, columnista de Arenga Medios
Hace un par de semanas el multimillonario britanico Richard Branson, fundador de Virgin Galactic, viajó al espacio con ayuda de la nave SpaceShipTwo, viaje que muchos marcan como la nueva era en viajes espaciales, ya que varias empresas se han inclinado a poder ofrecer un servicio fuera de lo común, llevar a personas al espacio y no meramente para acciones científicas si no recreativas.
El turismo espacial se remonta al año del 2001, Cuando Dennis Tito un ingeniero de aeronáutica décide desembolsar alrededor de 20 millones de dólares para poder viajar a la Estación Espacial Internacional EEI, según en las propias palabras de Tito, el tuvo la iniciativa de viajar desde que era pequeño, pero no fue hasta que tuvo los medios para poder hacerlo. Tito no viajó en una agencia de viajes de la NASA, viajó en el cohete ruso Soyuz, que tenía como objetivo transportar investigadores e ingenieros a la EEI, a partir de entonces y sin saberlo, Tito se convertiría en el primer turista espacial, viajando al espacio y con una estancia de 8 días para después regresar a la tierra.
Después de que Tito fue al espacio, la agencia Space adventure llevó cerca de 9 personas más al espacio con el mismo método, y la única forma de ir al espacio eran por los transbordadores rusos Soyuz, que finalmente en 2009 llevaron al último turista a la EEI. La empresa Space adventure tiene planeado un viaje en 2023, en donde se ofrecerá nuevamente el servicio, pero con la diferencia de que ahora habrá competencia por parte de otras organizaciones.
SpaceX es otra empresa que se dedicará a los viajes turísticos espaciales, fundada por el empresario Elon Musk, tiene como objetivo realizar viajes turísticos con personas que puedan solventar el boleto, cuyo precio ronda los 50 millones de dolares, algo asi como 100 millones de pesos mexicanos. La empresa de Elon Musk ya trabajó con la NASA en mayo del año pasado, llevando a astronautas al espacio y ya han firmado proyectos a futuro, como llevar al hombre a la luna nuevamente, después de su último aterrizaje en 1970.
Por otra parte la empresa Blue Origin, se encamina a los viajes espaciales suborbitales, es decir, no llegar al espacio pero si conseguir la cero gravedad. Todo el tema de los viajes espaciales con objetivo recreativo y turístico ha dado mucho de qué hablar, ya que movimientos civiles han cuestionado a los empresarios responsables de los viajes, el por qué no mejor se invierte el dinero en otro proyecto que ayude a temas como el calentamiento global o problemas sociales, y que realmente el boleto está exageradamente costoso para un viaje.
Los opositores a esta práctica, justifican el cancelar y no permitir estos viajes turísticos, ya que en una época en donde el cambio climático por la contaminación ambiental que está en una línea roja, no se puede permitir de ningún modo que se gasten excesivamente recursos no renovables por un simple viaje, además de que en un lanzamiento promedio de un cohete espacial se liberan múltiples gases que son dañinos para el ambiente, si bien la huella ecológica actualmente es mucho menor que el de los aviones, predicen que en años posteriores al establecimiento de este servicio, se podría disparar considerablemente causando daños irreversibles.
En otras cuestiones, surge la duda, si es necesario este tipo de turismo, ya que es un turismo muy fuera de lo común, ya que el destino es llevarte a un lugar en donde no hay nada, pero lo que estarían vendiendo en realidad sería una experiencia que por el precio solo es para muy pocos, aunque se asegura que con el tiempo los precios de los boletos disminuyan, aún quedan muchas interrogantes. A más de 50 años de los alunizajes, el ser humano busca la manera de seguir conquistando espacios libres, y podría ser el comienzo de una democratización de rutas en el espacio, ya que es una estrategia bastante lógica el tener un espacio reglamentado para su uso y desuso de este, como colocar satélites para incrementar servicios de red, entre otras acciones.
Bien, estamos viviendo entonces el comienzo de una nueva carrera espacial y económica, que se asegura que en un futuro el acceso a este servicio sea más económico, sólo queda por ver cómo es que se desarrolla esta estrategia y si es rentable a futuro, así como las posibles repercusiones que podría tener en un planeta en donde actualmente el tema de salud es más importante a nivel mundial, y que como podemos ver, las empresas no se detienen de ninguna manera para poder liderar este nuevo posible negocio.