Por: Alfredo Martínez de Aguilar
alfredo_daguilar@hotmail.com
director@revista-mujeres.com
@efektoaguila
(Expresamos nuestras más sentidas condolencias a nuestro amigo José Manuel Vera Salinas, familiares y amigos, por el sensible fallecimiento de su padre, don José Manuel Vera García. ¡Tu padre no ha muerto, nació a la vida eterna! Abrazo fraterno y solidario a toda su familia.)
Hasta ahora han sido infructuosos los vehementes llamados del sector salud a respetar las obligadas medidas sanitarias preventivas por el mal ejemplo gubernamental de rechazar el uso de cubrebocas. Aunque millones de mexicanos y oaxaqueños pretenden justificar su irresponsabilidad para prevenir los contagios, nunca es tarde ni menos sobra insistir en alertar del peligro a todos, una vez más.
Con todo lo alarmante y cruel que pareciera, es una cruda realidad estimar que miles más de mexicanos y oaxaqueños se contagiarán y morirán por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2-COVID-19. ¡Cuidado! A pesar de las reiteradas advertencias para evitarlo, finalmente, el infierno tan temido de la Tercera Ola de la pandemia de COVID-19 ya está aquí y llega con más fuerza y variantes letales.
Este alto riesgo real de morir, se agrava por la equivocada decisión gubernamental de desconvertir la red de los hospitales instalados en Oaxaca para atender a los numerosos pacientes de COVID-19. Para fortalecer nuestro dicho, basta observar los videos y fotografías en las redes sociales sobre la realización de fiestas masivas y saturación de antros, sin guardar las medidas sanitarias preventivas.
En medio de su criminal irresponsabilidad en el manejo de la pandemia, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, reconoció que el país está viviendo ya la tercera ola o repunte de la epidemia. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido duramente criticado internacionalmente por su pésima actuación ante la crisis provocada por la COVID-19 en México.
No obstante este comportamiento en la política pública de salud, especialmente López-Gatell ha sido sumamente irresponsable al grado de acusar de “golpistas” a los padres de niños con cáncer. No es descartable que, en su momento, la irresponsable conducta del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, pudiera tipificarse como delitos de lesa humanidad.
Salvo el propio López-Gatell y del presidente López Obrador, si es que no le miente y oculta información Hugo, nadie sabe a ciencia cierta cuántos son los muertos por COVID-19 en México. Organismos internacionales han revelado que los mexicanos fallecidos durante la pandemia superan los 600 mil, mientras López-Gatell y el presidente López Obrador tienen otros datos menores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el coronavirus no será la última pandemia y recordó que los avances sanitarios resultarán insuficientes si no hay cambios personales y globales.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom, alertó ante “el peligro de los comportamientos a corto plazo”, durante el primer Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, en 2020. “La historia muestra que no será la última pandemia”, afirmó y sostuvo que hay que sacar buenas lecciones de la pandemia del coronavirus respecto del calentamiento global y el bienestar animal.
“Gastamos dinero cuando estalla la crisis, pero cuando acaba, nos olvidamos y no hacemos nada para prevenir la siguiente. Es el peligro del comportamiento a corto plazo”, lamentó Adhanom. Meses antes de la pandemia, el primer Informe anual sobre Preparación Mundial de Emergencias Sanitarias, publicado en septiembre de 2019, alertó de la poca preparación de la humanidad.
Tedros Adhanom dijo “mucho tiempo, el mundo actuó en medio de un ciclo de pánico y negación”, y la pandemia reveló los estrechos vínculos entre la salud de las personas, los animales y el planeta”. Hoy, más que nunca, la primera de muchas pandemias que enfrentaremos a futuro exige para sobrevivir de la responsabilidad personal, así como de la solidaridad familiar, social y nacional.
Las medidas sanitarias preventivas obligatorias son simples y sencillas: usar cubrebocas en la vía pública y más aún en lugares cerrados, guardar sana distancia y lavarse las manos frecuentemente. Aunado a ello es indispensable cambiar nuestros hábitos de vida diarios, empezando por mantener cotidianamente una dieta balanceada y hacer deporte, para evitar, sobre todo, la obesidad.
A querer o no, guste o no, es una irresponsabilidad rayana en el suicidio personal y familiar considerar que por estar vacunados en el mejor de los casos estamos a salvo de los contagios. Como en el caso de las demás vacunas, las siete autorizadas contra la COVID-19 ayudan a atenuar los síntomas y daños provocados por la enfermedad, pero no evitan por completo, el contagio.