Hace un tiempo asistí a la ciudad que aromatiza al estado de Veracruz con su café, Coatepec. En aquel día, se realizaba una exposición de obras en los bajos del palacio municipal, por lo que asistí a invitación de las artistas plásticas Lorena Bonilla y Blanca Vargas. Ahí me presentaron a una expositora con un fuerte arraigo en este pueblo mágico, la poeta y artista plástica Renatta Vega Arias. Su estilo y su trabajo le han permitido viajar a distintos lugares donde se aprecia el arte.
En cierta ocasión, el presidente del Colectivo Café Literario, Luis G. Mendoza y quien escribe visitamos a Renatta y descubrimos su espacio donde se recrea e inspira, rodeada de una exuberante vegetación; además de tener muy cerca al cerro de la serpiente emplumada, de la serpiente que ilustra, la que se mueve, migra y traslada a distintos puntos, a distintas esferas ya sea desde el estado de Tlaxcala o el de Veracruz, Renatta Vega pinta y pinta paisajes que inspiran. También canta, toca la guitarra y es del equipo de los bienaventurados.
Precisamente, con motivo de sus 30 años como egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, expuso algunas de sus obras con el título de “Veracruz y Tlaxcala, paisajes en contraste”, en el histórico Museo de Antropología de Xalapa, contando con la presencia de Beatriz Sánchez Zurita, directora de exposiciones temporales del MAX.
Al lugar se dieron cita innumerables artistas y creadores para acompañar a Vega Arias en un momento tan importante para su vida. En las redes sociales Renatta escribió: Para mí es “una de las mejores noches que recuerdo en mis treinta años de carrera en las artes plásticas. Nada me faltó, nada me sobró. Tantas personas cuyo cariño tengo en mi corazón, me recordaron que la vida es bella, y todas las reacciones y expresiones me hicieron pensar que ha valido la pena. Gracias mil, a quienes tuvieron que ver en esto.”
Renatta Vega, la artista, pintora e ilustradora nos muestra su gran sensibilidad en cada uno de sus cuadros, sean pequeños o grandes todos tienen un valor inigualable. Plantas con café maduro listo para ser cortado con el tenate. Pencas de Maguey para extraerle el pulque o el aguamiel. Nubes con distintas formas para crear un poema nostálgico. Pastizales y montañas que se dejan acariciar por el viento que sopla paulatinamente. La planta de nopal sin tunas pero si con espinas. Un vaso de café liberando su olor y una silla esperando aquella persona que le acompañará a beber ese vital líquido en los campos de un ayer. Paisajes que florecen y reverdecen. En fin, cada obra de Renatta Vega son joyas que le comparte a las distintas miradas que tienen el placer de recrearse con cada una de sus pinturas e ilustraciones. Eso es sólo una prueba del talento que hay en nuestro país.
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TEPETOTOTL Por Fernando Hernández Flores
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