Se Aceleran...
Ya es sabido por todos que el lunes pasado se anunció la salida del piloto francés Esteban Ocon de la escudería francesa Alpine. ¡Ah mon dieu! (dios mío). Después de haber ocasionado un desastroso choque en el GP de Mónaco con su compañero de equipo Pierre Gasly, por cierto también francés. Y es que apenas en la primera vuelta de la carrera, Ocon intenta rebasar a su compañero, cerrándole por completo el paso, dejándolo sin espacios, generando que las llantas traseras de su monoplaza se catapultaran, levantando su coche por la parte de atrás aproximadamente metro y medio.
Obvio, los daños causados a su vehículo impidieron que pudiera continuar en la carrera.
El Director
El director de equipo Bruno Famin, anunció que esas acciones no pueden ser permitidas en el equipo y que pronto habría consecuencias.
Bueno pues, apenas ocho días después, dichas consecuencias salieron a la luz.
Y más allá de todas las suspicacias que puede provocar el tema, de ¿quién va a llegar a ocupar el lugar de Esteban Ocon? ¿A qué escudería podrá ir el piloto francés? ¿O podría ser ésta su última temporada?
Especulaciones
Primero, llamó la atención que durante el transcurso de la semana se anunció que tal vez el piloto reserva de la escudería, el australiano Jack Doohan, podría suplirlo dos semanas después en el GP de Canadá; sin embargo, no pasó mucho tiempo para que el piloto francés desmintiera todas estas especulaciones, afirmando que será él quien correrá en Montreal.
Pero lo que impactó más, fue que debido a que se generaron una gran cantidad de comentarios dirigidos a las cuentas personales de Esteban Ocon, declaró de inmediato…
“Las declaraciones mal informadas y las grandes distorsiones que he visto en línea en los últimos días sobre mi capacidad para trabajar con un equipo han sido inexactas, hirientes y dañinas”.
Y es que a pesar de que al piloto francés usualmente le ha faltado humildad y deportivismo para aceptar sus errores en muchas otras ocasiones, creo que nada justifica el maltrato y el abuso de comentarios de todo tipo (sobra decirlos) que ha recibido Ocon.
Las Redes Sociales
Tal parece que hoy en día, cualquier persona que tenga acceso a una red social y un perfil en ella o ellas, ha comprado el derecho de juzgar, atacar, reprobar, maldecir, incendiar, vilipendiar y hasta amenazar en la forma que mejor le plazca, independientemente de quién se trate.
Ignoro qué fuerza ha comenzado a apoderarse de miles de lectores y quizás millones, que ante el menor desacuerdo o diferencia, toman los asuntos de una forma profundamente personal y sin meditarlo un poco más, deciden iniciar un feroz ataque, sin importar el daño que puedan provocar.
Se Aceleran...
Se Aceleran las Redes Sociales.
Estoy consciente de que estamos viviendo una época difícil, distinta y hay que encontrar la capacidad de adaptarse a cada una, pero de eso a infligir el daño a “x” persona, solamente “porque puedo” o para demostrar “yo valgo lo mismo o más que tal o cual” me parece muy lamentable.
Y no me refiero desde luego a situaciones que han sido atribuidas a una “generación de cristal”.
Pareciera que como humanidad, destacamos con admiración constantemente las grandes innovaciones tecnológicas y científicas, pero en el fondo continuamos albergando esas mismas emociones de aquellos que gustaban de la pintura rupestre, la caza del mamut y vivir en cuevas.
Particularmente, Esteban Ocon nunca ha sido de mi agrado. Ha tenido problemas y conflictos prácticamente con cada uno de los coequiperos que ha tenido. Y creo que su salida de la escudería de Alpine y tal vez de la F1, es muy probable que se la haya ganado a pulso. Pero no comparto y mucho menos justifico que “alguien” quien quiera que sea (en esta ocasión él) deba vivir dichas circunstancias.
Se Aceleran...
Desde luego que la crítica es bienvenida; es más, es necesaria. Se puede decir prácticamente todo, pero debemos cuidar las formas, hay un tono y un momento para todo.
Decía Voltaire: “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.
Quien por cierto… también era francés.