Por: Francisco Rodríguez Pino
El origen
La llamada Guerra Fría no se ha terminado y tiene el mismo origen, de este conflicto bélico que inició con la preocupación global, ante el ataque militar ordenado por el presidente ruso Vladimir Putin a su país vecino Ucrania.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, el bloque occidental, liderado por los Estados Unidos y sus aliados encabezados por Francia y Reino Unido, conforman en 1949, la Organización del Tratado del Atlántico Norte. ¿El principal objetivo? Detener la influencia de la extinta URSS en Europa. Más tarde, el país derrotado después del nazismo, Alemania, es aceptado en la OTAN como miembro en 1955. Culminando así con una alianza con un poder económico, militar y tecnológico, sin precedentes en la época de la postguerra.
Al disolverse la URSS en 1991, la OTAN, ha incluido a diversos países que antes pertenecían al bloque socialista. Lituania, Letonia y Estonia, ampliando su espectro de influencia y bases militares, cerca de Rusia.
Ucrania, representa una de las regiones más estratégicas. Y la OTAN le “guiñó el ojo”. Sin embargo, la posición geográfica como vecino de Rusia, las grandes reservas energéticas, los gasoductos que corren por esta nación, la hacen muy atractiva de igual forma, para los intereses de Moscú. Es la joya de la corona, de los países del este europeo que en su momento se sometían al Kremlin.
El previo
El mundo vine saliendo de una pandemia que durante dos años puso en jaque a la humanidad, su economía y la estabilidad. Casi 6 millones de fallecidos y 430 millones de contagios por la variante de coronavirus Covid 19, a la fecha, es el saldo de una de la pandemias más letales en la historia del planeta.
En medio de la carrera por registrar la vacuna que “salvaría” al mundo de la terrible pandemia. Rusia anunció el 11 de Agosto de 2020, el registro de su vacuna Sputnik. En clara alusión a la carrera espacial que Rusia dice haber ganado que el siglo pasado. De nueva cuenta y por décadas, la disputa Rusa vs EEUU, sigue marcando la historia de la humanidad.
Sin reglas, ni comprobación de su real eficacia. Posteriormente la norteamericana Pfizer, anunciaba su vacuna, tarde para los intereses norteamericanos durante la administración de Trump. Una afrenta más y un motivo de recelo entre los gobernantes de las naciones, que enfrascadas en un falso nacionalismo, sucumbían ente un populismo radical y polarizante.
Con poblaciones altamente ignorantes, patrioteras y desinformadas, se gesta uno de los momentos más críticos en la historia del país del norte. El presidente de los EEUU en turno, Donald Trump, al verse perdido por vías legales y con un discurso subversivo, arenga a sus huestes al ataque del Capitolio. Los radicales toman por la fuerza una de las sedes emblemáticas norteamericanas. El saldo, un fanático muerto y la democracia cuestionada y en grave riesgo, justo ahí, en el “corazón” de la democracia entendida bajo el concepto occidental.
En Rusia quedaron las raíces de una democracia completamente diferente. Un estado autoritario, la oposición inexistente y un sometimiento comunal completo, basado en una aparente estabilidad y liderazgo dictatorial.
No solo es Rusia el país que está inmerso en este régimen castrador de ideas y poco tolerante. El populismo se riega por todo el orbe. Sus víctimas se ven con claridad en Latinoamérica, con el mejor ejemplo anti yanqui que ha reinado por años en Cuba, más tarde en Venezuela y de manera alarmante en Bolivia, Brasil, Argentina y México.
Este último, con especial atención de los EEUU, dado que es su vecino del sur y uno de sus principales socios comerciales.
Pero LA no podrá representar una amenaza real, ningún país tiene la capacidad armamentista, para ni siquiera intentar enfrentarse en una realidad a los EEUU. El peligro está en Europa, hoy lo representa Rusia, por las posiciones y desde luego China. Un país que ha crecido enormemente bajo regímenes militares, cerrados y muy poderosos económicamente. Rusia tiene los mismos principios que la nación China. De ahí el riesgo enorme, de una posible alianza y también de ahí la “prudencia” o la indiferencia militar, de EEUU y sus aliados de la OTAN. Intervenir directamente en el conflicto, con sanciones económicas sin precedentes, el envío de armas, fondos para refugiados, es una cosa muy diferente a intervenir militarmente. Tienen que ser cautelosos, deben de serlo, por el futuro mundial. Las cartas están echadas y Putin amenaza constantemente, su poderío nuclear está en alerta máxima.
No hace muchos días, en el marco de la inauguración de los Juegos Olímpicos de invierno, Beijing 2022, el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo chino, Xi Jinping, tuvieron un encuentro oficial. El discurso para las cámaras y los medios: “lazos de amistad y comercio”, las fuentes no oficiales “la democracia entendida desde sus gobiernos y el conflicto de Rusia con Ucrania. ¿Los acuerdo de esta reunión, envalentonaron a Putin para tomar una acción bélica? ¿Se ofreció apoyo moral, militar y económico en caso de ser requerido? ¿Se unirá China a las sanciones que imponga la OTAN a Rusia? ¿Qué papel va jugar China, en la mesa de decisiones de los miembros de la OTAN en los siguientes días? Preguntas sin respuestas claras aún, pero de pronóstico reservado.
Las mentiras
En este mes de Febrero 2022, las cosas se tensaron de una manera inimaginable para muchos analistas. El ataque del 23 de Febrero por la madrugada a varias ciudades ucranianas fue fin de una incertidumbre mundial y el inicio de una guerra, que nadie sabe en dónde puede terminar. Los orígenes se saben y están expuestos, sin embargo, ni los más osados pensaron que se pudiera llegar al extremo en donde en este momento nos encontramos.
Estamos presenciando ante una guerra de mentiras.
Antes de tomar la decisión de atacar posiciones estratégicas en Ucrania, Vladimir Putin tendió su estrategia, ganó tiempo y engañó a occidente. Con una estrategia maquiavélica tuvo comunicación con el presidente francés, Emmanuel Macron y le hizo creer que se podría llegar a un arreglo diplomático. Después anunció que retiraba el número tropas de la frontera, serenó por instantes la tensión, para posteriormente, en un acto de provocación y aludiendo a la “libertad de elección” de las provincias de Donbás, declarar su independencia. Una jugada maestra, que dejó paralizado el conflicto por momentos. Paso a paso fue llevando acabo su estrategia. Mientras EEUU y el mundo se enfrascaban en una guerra de declaraciones amenazantes.
El ataque
Una vez generada la cortina de humo, decide grabar un mensaje a la nación, que se transmitió de madrugada. Las mentiras continuaron: “No queremos imponer por la fuerza nada a nadie.” ¿Misiles no es uso de la fuerza? “Nuestra política se basa en la libertad. Y creemos muy importante que todos los pueblos que viven en territorio de Ucrania puedan ejercer ese derecho, el derecho de elegir.” Su concepto de “democracia”. “No tenemos planes de ocupar los territorios ucranianos.” La operación militar, ya estaba en curso.
Y dentro de sus mentiras, un dejo de verdad: “Los que tuvieran la tentación de meterse en la situación: al margen de que pretendan estorbarnos y mucho peor cree una amenaza para nuestro país y nuestro pueblo, debe de saber que la respuesta de Rusia será inmediata y les traerá consecuencias demoledoras.” ¿Consecuencias nucleares, acaso? “Estamos preparados para cualquier
evolución de los acontecimientos. Todas las decisiones ya están tomadas y espero ser escuchado.” No estamos jugando. Más que claro. Se preparó, lo pensó y está ejecutando.
Sin embargo, no solo Rusia y su presidente mienten. También del lado de EEUU y la OTAN lo hacen. En un mensaje al mundo. Biden arremete con mentiras: “Rusia es la única responsable de la muerte y destrucción que traerá este ataque.”
Miente, porque EEUU y sus aliados, han rodeado de armamento de ataque las fronteras de Rusia durante años. Según el catedrático estadounidense Noam Chomsky, en entrevista con el programa Democracy Now! “Rusia está rodeada de armamento ofensivo de Estados Unidos. No hay nada defensivo, todas son armas de ataque.” Y remata: “¿Cómo reaccionaría EEUU si durante la Guerra Fría y el Pacto de Varsovia, se hubieran extendido a México y Canadá, planearan unirse a Rusia mediante el Pacto de Varsovia? Desde luego que eso jamás se materializaría porque al primer intento, hubiera seguido una respuesta violeta de los norteamericanos.” Es correcto. ¡Correctísimo!
También miente el “heroico” presidente Zelesky. Habla de haber causado bajas al ejército ruso, por encima de los 10 mil soldados. ¿Son más? ¿Son menos? Han resistido con valentía, pero son necesarias las mentiras. Las mentiras se combaten con mentiras y más en una situación bélica.
El futuro
Nadie tiene una bola de cristal que nos permita ver con certeza el futuro a raíz de estos acontecimientos. Para entender lo que viene se tiene que estar lo mejor informado y eso, en tiempos de redes sociales, es prácticamente imposible.
Desinformación a toda hora, fake news, amarillismo y morbo es lo que al público le encanta.
En este lado de la historia, Putin toma la decisión de promulgar una ley que censura y castiga con cárcel la “desinformación” en territorio Ruso. En pocas palabras, se censura toda información que no esté a favor del Kremlin. Ante esto, diversos medios internacionales muy importantes con la BBC y CNN entre otros, dejaron de transmitir información desde Rusia. Una ley que criminaliza la desinformación y a su vez fomenta desinformación. Una paradoja más.
En un futuro cercano, se esperan aún más sanciones económicas a Rusa, que occidente siga apoyando a Ucrania para resistir el mayor tiempo posible. Ellos ponen las armas y el dinero, Ucrania y Rusia ponen los muertos. Ganar tiempo es la clave, para reforzar posiciones y atrincherarse en el Mar Negro y en sus aliados de la OTAN, Lituania, Letonia y Estonia principalmente.
Y a Rusia le queda tratar de completar la misión en Ucrania lo antes posible. A Putin se le está saliendo la invasión de control. La sorpresa, la ventaja de actuar primero y en general su estrategia, parece que no está funcionando como esperaba. Tendrá que apurarse, si es que no quiere que Ucrania se siga fortaleciendo militarmente y la resistencia cada vez sea más importante.
A mediano plazo es lo más importante. ¿Qué va a hacer EEUU y la OTAN, más allá de seguir alardeando su poder? ¿Cuál es el siguiente movimiento de Putin? ¿Lo tiene completamente planeado? ¿Verificó todos sus escenarios? ¿Tenía pensado que posiblemente encontraría esa resistencia? ¿Tiene calculado el tiempo para su siguiente tirada? ¿China se seguirá manteniendo al margen? ¿Intensificará sus incursiones en Taiwán?
En la mesa está la petición de Zelesky de establecer una zona de exclusión aérea a Rusia. ¿Avanzará la iniciativa? ¿Quién hará que se cumpla dicha zona de exclusión? ¿Las sanciones económicas impuestas a Rusia, son lo suficientemente drásticas para para debilitar su econonomía? Todas estas interrogantes determinarán el rumbo de las acontecimientos siguientes.
A largo plazo es prácticamente imposible saber qué depara a la humanidad a raíz de este conflicto. ¿Quién dará el siguiente paso determinante? El golpe lo dio Putin y tuvo a Ucrania en la lona, hasta que llegó el apoyo Europeo. Pareciera que no se recuperará lo suficiente como para llegar a la decisión final. Aunque también se observa que no está en cuenta de protección, han sabido resistir e insistir a los EEUU y a Europa que les brinden apoyo y lo han conseguido.
Los días siguientes son críticos, estratégicos e importantes. Ucrania no puede hacer mucho más que defenderse y resistir el embate. La moneda está en el aire entre occidente y Rusia, con un observador en primera fila, que ve con atención los sucesos, mientras sigue amenazando e intimidando a un Taiwán igual de débil que el caso ucraniano en una pelea dispareja contra Rusia.
El futuro del mundo se encuentra en las decisiones que tomen muy pocas personas, nos sobran los dedos de las manos para enumerarlas.
Estado de México, 16 de Marzo 2022.
