Está de Moda
Ahora que está de moda mentir, robar, hablar de más, difamar, ser gandalla, deshonesto, robar el trabajo de los demás, sacar provecho de terceros, si se puede vivir de ellos sin que se mueva un dedo, mejor aún -es obligación de los demás ayudar al prójimo les guste o no-.
La Biblia lo dice, eso mencionan mientras el golpe de pecho es inevitable y el lado telenovelero sale a flote.
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Está de moda denigrar, insultar, justificarse por si las flys, hablar pestes de otros y de otras sean familia, vecinos, compañeros de trabajo o conocidos de alguien más –total que no somos iguales- queda claro.
Está de moda ponerle los cuernos al otro o a la otra, si no es que son varios en la misma lista, hacernos de la vista gorda si así conviene al caso, echarle la culpa a las infancias rotas o en franca opulencia, a las familias disparejas, remendadas, convenientes, parentales, a las madres, los hermanos, los parientes, los amigos que aconsejan para bien o para mal que el caso es culpar a los demás de todas nuestras decisiones y lo que nos sucede en lugar de hacernos responsables de nuestros propios actos.
Algunos se van de casa con todo e hijos al más mero chantaje mexicano –capaz que les funciona- también está de moda que el padre o madre en turno que queda se encargue de los críos, o bien, el típico discurso marital:
“Haber si nos valoran, si se mantiene, si trabaja doble turno, si se aplica para contribuir a los gastos de la casa o se aguanta todas antes de salir corriendo.
¡Donde va a vivir mejor que con uno!
-Total, que la buena o mala vida que le doy no es gratuita –“
Todos esos machismos que nunca pasan de moda y que algunas féminas también aplican al más mero estilo provincial-
Aquello de “cortar de tajo” antes que arreglar, solucionar o mediar algo sigue vigente.
Sigue de moda “Irse por los cigarros a la tienda y no volver más”
Para eso es la vida, no para atarse, no para quedarse en el mismo lugar.
Está de moda querer ser ninis, mantenidos, heredados, auxiliados y afligidos; tengamos 20, 35, 40, 50 o más, persiste en todas las clases sociales, sin exclusión alguna; está de moda morirse pensando que todo esto es correcto al más puro pensamiento de Gordolfo Gelatino y su “Ahí madre” como bandera propia.
Está de moda venderse al mejor postor, ser tranza, cabrón, hijo de puta -de las perras la más perra– no vaya a decir la gente cualquier cosa menos lo que es o no es, con eso de que está de moda inventar.
Total, el que dirán en un pueblo tan pequeño con un infierno tan grande tampoco pasa de moda.
A diario lo miramos, lo escuchamos, consentimos y pensamos que no es nuestro problema si es inn, si es cool, si es nice.
Por lo pronto sigo pensando lo mismo, es cursi, anticuado, pero yo, no quiero estar a la moda, no me interesa, los demás sabrán si quieren o no ser parte de toda esta vorágine llamada “Vida” que al final cada quien sopesa y subsiste a su manera; que este es solo un pensamiento en lunes que no tiene mayor relevancia que el de pensar si estamos o no a la moda o seguimos chapados a la antigua.
Fabiola Aranza Muñoz