Hay muchas personas que aun creen que todo tiempo pasado fue mejor. En lo personal, yo creo que cada época tiene sus encantos, como la que nos tocó a nosotros, y esto me da la oportunidad de evocar aquellos sitios que nos permitieron iniciar, afianzar o concretar una relación en aquella creciente y apenas agitada urbe. “Si… mis estimados” hablaremos de esos sitios con un largo historial “los Salones de Baile y Cabarets de México” Solo mencionare algunos de los más notables que existieron desde 1930, y pasaron a ser historia en la vida de nuestra ciudad.
De los salones de baile podemos decir que uno de los más famosos que marcaron toda una época y que sirvió de tema para filmar una película nacional, fue sin lugar a dudas el… “Salón México” filme que lo inmortalizó.
El Salón México estaba ubicado en las calles de El Pensador Mexicano y contaba con 3 grandes salones que daban cabida a diferentes estratos sociales sin demasiada
promiscuidad, pues se podían ver en uno de ellos a parejas de la alta sociedad que acudían a asomarse al folklore, al salir de algún Teatro o Restaurante de postín.
Otro sitio que también ha figurado en la historia de los famosos Salones de Baile de nuestra ciudad es… el “Salón Los Ángeles”, ubicado por las calles de Lerdo. Mismo que tiene como slogan “Quien no conoce Los Ángeles, no conoce México” Este Salón era frecuentado principalmente por obreros ferrocarrileros,
por la proximidad de sus talleres de Nonoalco conocidos como “La Casa Redonda”, que acudían en las noches a tomar cerveza y ejecutar sus mejores pasos de Danzón.
El “California Dancing Club”, pomposamente llamado así, un viejo corralón por el rumbo de Portales en la Calzada de Tlalpan. Este salón era frecuentado por jóvenes que ya comenzaban a bailar el “Swing” y el “Boogie-Woogie”. Aquí ya se veía a los “Pachucos” de cabello envaselinado, con sus amplios pantalones bombachos y ajustada valenciana con resorte, portando vistosos tirantes y zapatos de dos colores con tacón “cubano”, bailando con su pareja de ceñida falda, cabellera oxigenada y gruesos labios de color rojo encendido, mientras
masticaban su eterno chicle.
En las calles de Regina, en donde hoy se ha rescatado el precioso Atrio de Sor Juana, estuvo otro popular salón llamado… “Smyrna Club”. Con una clientela sin personalidad definida, al igual que otro salón llamado “Colonial”, que estuvo en la Plaza Santos Degollado sobre la calle de Independencia.
Otro que pretendía engañar a las autoridades haciéndose pasar como “Academia de Baile”, ubicado en un principio en la esquina de las calles de Independencia y Dolores, para después mudarse a Bucareli y Artículo 123, era el “Mata-Hari”.
Después venían los centros nocturnos y cabarets. Seguramente uno de los más populares de aquella época y el más concurrido entre los que éramos jóvenes, era el “WAIKIKI”, que estaba en la primera cuadra del Paseo de la Reforma. En este centro nocturno tocaba “El Son Clave de Oro”, con Chepillo, Moscobita y Cascarita. Además, tuvo la originalidad de utilizar unas transmisiones de Radio nocturnas, que la “X-E-K La Voz del Comercio emitía a partir de las 10 de la noche, con música y canciones de moda hasta bien entrada la madrugada, en donde eventualmente se entrevistaba a algún parroquiano importante, lo que llevó a Agustín Barrios Gómez, tiempo después, a hacer otro desde el “Cyros”, del Hotel Reforma a donde una noche llegó sorpresivamente el actor Errol Flynn, que
viajaba con frecuencia a Acapulco a bordo de su Yate “Sirocco” y se
hospedaba en el Hotel Reforma de la Ciudad de México.
Otros cabarets famosos de la época fueron el “Victor’s”, ubicado sobre la Avenida Coyoacán, el “Rio Rosa” en Oaxaca y Valladolid, o el “Astoria” en la Avenida Nuevo León. Estos últimos de Don Pancho Aguirre quien posteriormente los vendió, convirtiéndose en un magnate de la Radio y fundador del
Canal 13 de Televisión.
Como dato curioso diré que antes de la II Guerra Mundial, existió en Las Lomas de
Chapultepec un Cabaret con el nombre de “Swastica”, en el que servían muy buenos tragos aunados a una magnífica música para bailar, cambiando tiempo después su “devaluado” nombre por el de “Lomalinda” que
con el tiempo se convirtió en un sitio especializado en Carnes al Carbón con el nombre de “La Tablita”.
Otro sitio de excelente nivel, predilecto para las parejas que celebraban algo especial, que además sirvió como foro para presentar figuras de renombre y fue escenario para varias películas en su típico Patio Español, era “El Patio”, ubicado al principio de la Colonia Roma. El centro nocturno fue vendido a los fundadores de la «Asociación Mexicana de Restaurantes» los empresarios Don Vicente Miranda y Doña Concepción Vélez y así lo reinauguran un 12 de octubre de 1938. A ellos les toca la época de oro de México y con algunas remodelaciones los nuevos dueños del restaurante comienzan a presentar artistas nacionales e internacionales como:
Tin Tan y Marcelo, Charles Aznavour, Charles Trenet, Ray Coniff, Judy Garland, Edith Piaf, Eddie Fisher, Sammy Davis Jr., George Chakiris, Los Platters, Little Richard, Paul Anka, Coros de la Victoria, The Ventures, Casado, Josephine Baker, Sergio Méndez, Sergio Corona, El Loco Valdez, Lola Beltrán, María Victoria, Carmen Salinas, Raphael, Camilo Sesto, Alberto Vázquez, Los hermanos Zavala, José José, Juan Gabriel, Emmanuel, Mijares, Lucero, Lupita Dalessio, Rocío Durcal, Daniela Romo, Thalía, José Luis Perales, Gloria Trevi y Yuri.
En el Paseo de la Reforma, adelante del antiguo Cine Roble y frente al pequeño Parquecito llamado Luis Pasteur, estuvo el “Sans-Souci”, en donde se presentaban figuras nacionales e internacionales.
A finales de 1939 se inauguró la Casa Latinoamericana sobre Paseo de La Reforma, frente a la estatua a Colón, un enorme edificio de departamentos. en los bajos se abrieron el “Minuit” y el “Rendez-Vous”, ambos centros nocturnos visitados por quienes queríamos apantallar a la pareja.
Casi a finales de los 40 se inauguró el Hotel del Prado, En el primer piso del Hotel estaba el “Salón Versalles”, considerado como el sitio más elegante para fiestas y banquetes de la alta sociedad de México, mientras que bajo el nivel de la calle se instaló el Cabaret “Nicte-Ha
En el Hotel Reforma, sitio preferido del Turismo extranjero, que solo tenía como competencia al Hotel Regis, existió un sitio muy agradable para cenar y bailar llamado “Roof-Garden del Reforma”, que transmitía a través de la X.E.W., con la voz de Luis M. Farías, que iniciaba con su estribillo “música suave, luces tenues, es tiempo de bailar al ritmo de la orquesta de Everett Hoagland”.
El Hotel Regis, de la esquina de Avenida Juárez y Balderas, marco también historia
también con sus centros “El Capri”, “La Taberna del Greco y “El Establo”.
Frente a la Estatua de Cuauhtémoc sobre Paseo de la Reforma, se construyó el Hotel
Continental con su “Belvedere”, también muy frecuentado por nuestra sociedad.
Otros Centros Nocturnos que estuvieron de moda, fueron “Los Globos” y “La Fuente”, situados ambos en Insurgentes Sur, a la altura de la Colonia Nápoles. Cuando la Zona Rosa comenzaba a tener auge, se abrió un Centro Nocturno en la esquina de Hamburgo y Génova, el “Can-Can”, que presentaba variedades nacionales e internacionales, con una original decoración al estilo de los años 20.
No podríamos finalizar sin visitar el “Villafontana”, con sus Violines que lo hicieron famoso mientras tocando al unísono, bajaban de una gran escalinata vestidos de rigurosa etiqueta, para mezclarse con los comensales.
Rememorando, podemos decir que cada uno de estos Salones de Baile y Cabarets de la Ciudad de México, ha estado ligado sentimentalmente con nosotros por diversas circunstancias, habiendo quedado grabados como gratos recuerdos para siempre,