Anécdota Digital

Anecdotario Histórico: ‘Encuentro OVNI en Tequesquitengo’

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Encuentro ovni en Tequesquitengo

 

“Lo que sí me gustaría dejar bien claro es que, mi reputación personal y profesional, está a salvo gracias a los testimonios de los controladores aéreos. Ellos observaron a los tres objetos en sus pantallas, haciendo un viraje de 270 en un radio de acción muy reducido.”

Carlos Antonio de los Santos

 

   El caso del Piloto mexicano Carlos Antonio de los Santos Montiel, es una de las historias más documentadas sobre un supuesto encuentro en el aire con tres ovnis. Los hechos se registraron  el 3 de mayo de 1975, y yo recuerdo haber visto en 24 Horas con Jacobo Zabludovsky toda la noticia. El joven piloto de veinte años volaba una avioneta Piper PA-24 matrícula XB-XAU, despegando de Zihuatanejo con destino al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

   Carlos Antonio volaba sobre Tequesquitengo a eso de las 12:30 de la tarde cuando de pronto notó la presencia de un objeto lenticular de unos cuatro metros de diámetro a unos veinte centímetros sobre el ala izquierda de la avioneta. Esta presencia causo un gran desconcierto en el piloto quien no daba crédito a lo que veía. De pronto, otro objeto similar se colocó sobre el ala opuesta en las mismas condiciones. 

   Carlos Antonio aterrado por aquellos objetos, intentó descender para alejarse de ellos, cuando para su sorpresa otro objeto igual a los anteriores se aproximaba de frente para impactarlo. Un segundo antes el platillo esquivó la parte frontal de la avioneta, y se colocó en la panza de la misma golpeándola levemente. El piloto entró en pánico. Trató de gobernar la nave pero esta no obedecía. Los tres pequeños platillos la gobernaban y comenzaron a llevársela hacia más y más altura. La impotencia vivida por Carlos Antonio era aterradora. Sentía que la nave sería llevada a alturas donde falta el oxígeno y su cabina no estaba presurizada.

   Afortunadamente los aparatos de comunicación funcionaban bien, lo que le permitió, presa del terror, comunicarse con el Centro Mexicano de Control para decirles:

   “A Centro México, a Centro México, este es Extra Bravo… Extra Alfa Unión, mayday, mayday, mayday”, sin recibir respuesta alguna. Intentó de nuevo y hasta el cuarto intento: “mayday, mayday, mayday”, y esta vez sí recibió respuesta: “Adelante, Extra Alfa Unión, este es Centro México, ¿cuál es su emergencia?”, él les respondió a gritos: “Estoy volando con tres objetos visuales no identificados a mi alrededor, estoy llorando, estoy muy nervioso, no sé qué hacer”.

   Centro de México desconcertado por el mensaje no contestó más. Carlos Antonio pensó que no le habían  creído por lo absurdo que parecía lo que le estaba ocurriendo.

   Carlos pensó en aterrizar la avioneta apenas recuperara el control sobre ella, pero sabía que el tercer platillo estaba bloqueado la panza de la nave. Intentó bajar el tren de aterrizaje pero obviamente éste no funcionó, lo que puso a Carlos Antonio al borde del desmayo.

   El avión no respondía a sus manipuleos, por lo que intentó de nuevo comunicarse con Centro México, informándoles que su avión estaba siendo controlado por tres objetos desconocidos. Una vez más fue ignorado. Carlos Antonio pensó que, o su radio no servía, o los ovnis le impedían funcionar.

   Después de ser piloteado por fuerzas ajenas durante casi veinte minutos, llegó a la Sierra el Ajusco y mientras reconocía el pueblo de Tlalpan desde el aire, coincidió que los ovnis se retiraron de su avioneta, dejándolo libre para enfilarse hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Su avioneta estaba siendo seguida por el radar del aeropuerto y claramente detectaron a los tres objetos separándose de la aeronave con maniobras imposibles para aviones convencionales.

   Al acercarse a la pista del aeropuerto, el cual llevaba cerrado más de una  hora por la emergencia, se le pidió que aterrizara en una zona con pasto para evitar chispazos peligrosos que pudieran incendiar la avioneta al tocar tierra. Después de siete angustiosos intentos el tren de aterrizaje finalmente bajó y con la incertidumbre de que no aguantara el impacto sobre el piso, resistió bien, posando a la nave majestuosa sobre la hierba sin problema alguno. 

   El joven piloto de la Pelletier se hizo famoso con este desafortunado incidente. Las pruebas del radar proporcionadas por Emilio Estañol, el controlador aéreo de Centro México en esos años, más  la parte baja de fuselaje de la avioneta, golpeada por el ovni, fueron sus cartas de credibilidad para que Carlos continuara volando por muchos años. 

   Carlos Antonio fue entrevistado por don Pedro Ferriz Santa Cruz, el culto  ufólogo de los años 70 que transmitió la llegada del hombre a la Luna, y por ni más ni menos que el Dr. Allen Hynek, el ufólogo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que se pasó años diciendo que los ovnis eran fenómenos naturales explicables. Tuvo otras entrevistas muy serias y profesionales; y algunos acosos por supuestos Hombres de Negro, de los cuales no estoy seguro sean ciertos, por no haberlo escuchado de labios del contactado o de una fuente confiable. 

Alejandro Basáñez Loyola

Autor de las novelas: “México en Llamas”;  “México Desgarrado”;  “México Cristero”; “Tiaztlán, el Fin del Imperio Azteca”; “Ayatli, la rebelión chichimeca”; “Santa Anna y el México Perdido” de Ediciones B y “Juárez ante la iglesia y el imperio”; “Kuntur el Inca” de Editorial  y “Vientos de Libertad”  de Lectorum.  

Facebook:  @alejandrobasanezloyola 

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