Vivir es un gran regalo que recibimos y cada festejo de cumpleaños es la oportunidad de celebrar la vida y de qué sea mejor. No es sólo un año más, es reencontrarse con los sueños, anhelos y reafirmar la autoconfianza que se tiene depositada. Es tener la posibilidad de construir un proyecto personal significativo que esté centrado en el amor, y sólo a través de las vivencias se puede conocer los errores y las caídas para avanzar y crecer superando las dificultades, por eso es importante tener un sentido de vida para poder apreciarla.
Podríamos decir que la vida es un viejo diario y cada día nos encargamos de redactar los capítulos de nuestro corazón y narrar todas las aventuras expresadas en emociones y sentimientos que guardamos. Nos lleva a reencontrarnos con las páginas donde están plasmados los recuerdos, las experiencias y los grandes amores. Hay capítulos que cobran vida y se proyecta nuestra película donde somos el actor principal, no hay tiempo de repetir ninguna escena, y nos podemos ver en un mar de mociones que inundan el alma. Aún nos falta mucho por escribir o quizás no, pero de lo que debemos estar convencidos, es que el próximo episodio sea, nuestra mejor historia jamás escrita.
Aunque la vida tiene distintos matices nuestro comportamiento suele ser un reflejo de lo que creemos acerca de nosotros mismos y sobre nuestras capacidades para vencer los inconvenientes, porque nadie dijo que sería fácil, es como un gran camino sembrado de rosas hermosas, con una deliciosa fragancia como la felicidad, pero con espinas como parte de la existencia. Hay quien hace de cada enseñanza su gran maestro y se fortalece por cada situación que se presente y ante ninguna circunstancia se debe bajar la guardia, hay que continuar con el mejor ánimo desafiando el destino. Como decía Aldoux Huxley, la experiencia no es lo que sucede, si no que haces con lo que te sucede.
Cuando tenemos un problema la mente se bloquea y sentimos que lo que estamos atravesando no tiene solución, hasta el punto que no sabemos cómo remediarlo. Si nuestro diálogo interno genera pensamientos positivos, nos permite escuchar la hermosa música que proviene de lo más profundo de nuestro ser, para tener la capacidad de análisis y solución. Aunque aparentemente no podemos cambiar lo que ha pasado, la actitud con la que reaccionamos ante un problema, nos llevará a la resolución satisfactoria o por el contrario quedarnos en medio de la nada.
“Nuestra mayor riqueza no está en no caerse nunca, si no levantarse cada vez que caemos”. Confucio
Cada experiencia por más dolorosa que parezca tiene un mensaje y un sentido al final, el objetivo de este aprendizaje es continuar caminando ahora más ligeros y con una mejor postura ante la vida. El saber gestionar la lecciones enriquece y deja un potencial de aprendizaje. “El barco volver a salir a flote”.
Por la Psicoterapeuta y Orientadora en Tanatologia Raquel Estrada.