La crónica del movimiento estudiantil veracruzano
“..al momento de salir del hotel, llegó uno, de ayudantía del gobierno del estado de Veracruz, me agarró del cuello y me dijo que dejara de tomar fotografías, si no quería terminar como la compañera Regina Martínez…”
Rubén Espinoza Becerril (testimonio 14 de Julio 2015)
El 14 de septiembre de 2013 desalojaron a maestros y estudiantes en plaza Regina, cuando se encontraban en una manifestación pacífica contra la aprobación de la reforma educativa, la Secretaria de Seguridad Publica de Veracruz (SSP) golpeó y utilizó toletes eléctricos contra estudiantes y maestros, el saldo de este ataque fueron estudiantes golpeados, maestros encarcelados, gran brutalidad policiaca y el despliegue de la policía estatal en la plaza Regina y en toda la ciudad.
El 26 de Octubre de 2014 desparecieron 43 estudiantes de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Isidro Burgos”, en manos de la policía municipal de Iguala, Guerrero, el caso que el mundo conocería como “los 43 de Ayotzinapa”. La presión se volcó con mayor intensidad hacia el gobierno, los grupos de oposición enardecieron y las exigencias se volvieron el pan de cada día en las calles de todo el país, manifestaciones masivas, que cambiarían el rumbo político del país cuatro años después.
El 24 de Octubre de 2014 nuevamente en la Plaza Regina frente a Palacio de gobierno, un grupo de estudiantes alzó la voz con un discurso crudo, real y muy arriesgado. Eran los mismo que venían luchando desde hacía años llevando el liderazgo de activistas que se expresaban en contra de la trata de personas, la corrupción, la impunidad, los desaparecidos, el aumento a la gasolina, la autonomía universitaria, la lucha contra los gobiernos PRIISTAS, el Pacto por México, eran los que reproducían los movimientos estudiantiles del mundo y salían a las calles de Xalapa para hermanarse con las causas sociales, se reunían con colectivos zapatistas, amigos de periodistas libres, siendo los gestores de comedores autónomos dentro de las universidades.
Señalaban a los políticos con nombre y apellido, parecían no tener miedo, pero aquel discurso frente a Palacio de gobierno fue tan arriesgado que ni la prensa local se atrevió a publicar…aunque el video subido a Youtube fue suficiente para helarnos la sangre, sic: ”nos están matando a los jóvenes, sólo por ser jóvenes”, ”estamos más que encabronados…el crimen de Ayotzinapa es la mayor masacre desde el 68 de estudiantes, ¡de estudiantes!, llevamos más de cien mil muertos en ocho años…” (…) “ya intentaron aprobar la ley bala, el 2 de Octubre les dijimos , ¡ni madres cabrones!, se van pa atrás”…”en esta plaza el año pasado, si nos madrearon, si nos golpearon, si nos desalojaron, si madrearon estudiantes, si madrearon maestros..¡Duarte marica reprímenos ahorita!, ¡aquí si pasan cosas, aquí si nos están matando!” …”¡queremos a los estudiantes con vida!, ¡vaya, hijos de la chingada, mínimo denos los muertos para velarlos, denle paz a las madres, denos los restos, denos la puta verdad!”, pero el señalamiento más directo fue al acusar al propio gobierno de ser los verdaderos asesinos y ser, dicho en sus palabas, los líderes del cartel más sanguinario en Veracruz.
Días después de ese arriesgado mitin más de ochenta y seis catedráticos, investigadores y organizaciones civiles hicieron un llamado al gobierno del Estado para que cesara el acoso, intimidaciones y la amenazas hacia los estudiantes de la Universidad Veracruzana, denunciando casos de persecución por parte de elementos de la SSP fuera de las facultades, especialmente en humanidades, casos de levantamiento a estudiantes y maestros tensaron más la relación de los estudiantes con el gobierno. Respecto al compañero que habló en público…” los maestros tuvieron que esconderlo”, me dijo una amiga que estaba en el consejo estudiantil…”si se queda aquí, seguros se lo chingan”, terminó de decirme. Los catedráticos tuvieron que respaldar y proteger a los estudiantes, hicieron un frente unido después de aquel octubre, aunque la respuesta llegaría tarde o temprano.
Llegó un años más tarde, en Junio de 2015, ocho estudiantes de la facultad de humanidades y activistas en temas de derechos humanos fueron brutalmente golpeados por sujetos encapuchados mientras se encontraban al interior de una vivienda celebrando un cumpleaños a escasos metros de la facultad. La escena que dejaron a su paso era terrible, sangre por doquier, vidrios rotos, jóvenes con el rostro completamente destrozado, atacados con machetes, bates de béisbol y tablas llenas de alambres, clavos y púas. En ese entonces los estudiantes responsabilizaron al titular de la Secretaria de Seguridad Pública Estatal Arturo Bermúdez Zurita y al gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, todo esto ocurrido a pocos días de comicios electorales intermedios.
Después de ese acontecimiento, los grupos de defensa y oposición dentro de la universidad y en las calles comenzaron a aislarse, ya era preocupante aquella situación, algunos decidieron retirarse después de eso, pero la llama combativa aun permeaba en el corazón de los humanistas veracruzanos que seguían en la lucha de manera constante hasta el día que lo cambió todo, fue el golpe final que deshizo uno de los movimientos internos más grandes y prolíferos de los últimos años en el país y en el estado.
El 1 de Agosto de 2015 los noticieros informaron lo que era por demás descarado, difícil de digerir y duro de creer…mataron a Nadia Vera y a Rubén Espinoza en la colonia Narvarte, en la Ciudad de México. Todos lloramos, los sufrimos y nos dolió hasta el alma, el tiro de gracia de dos de los combatientes más recordados por todos, el silencio imperó en muchos, “la bala salió de Veracruz”, decían.
Aquello fue lo último que se podía soportar, se habían ido de Veracruz huyendo hostigamiento y amenazas, fueron alcanzados hasta la Ciudad de México, torturados y ultimados. Meses antes, Nadia Vera en una denuncia grabada culpaba a Javier Duarte de Ochoa y a su gabinete sobre cualquier cosa mala que pudiera pasarle, Diecisiete días antes Rubén Espinoza relataba ante un medio internacional las amenazas sufridas por parte de operadores de gobierno del Estado y cómo tuvo que salir escondido de la capital, sobre aquello Favela me dijo:”no podemos cambiar al mundo”- con una enorme decepción en su voz-“lo intentamos”, aun se me hace un nudo en la garganta cuando recuerdo aquello.
Me presente en la marcha de la conmemoración del 2 de Octubre de 2015 que partió de la facultad de humanidades hacia la plaza Regina, pero ya no era la misma humanidades que había conocido tiempo atrás, no vi a ningún amigo, ningún luchador eufórico gritando “únete pueblo, únete”, solo era un grupo de estudiantes caminando por compromiso ideológico a la casa de estudios donde estudiaban y porque “el 2 de Octubre no se olvida”, recuerdo que me salí de la marcha antes de llegar, el espíritu había sido doblegado, quiero pensar que muchos de aquellos compañeros y amigos que conocí en aquel verano siguen luchando desde alguna trinchera, trabajando, investigando o simplemente haciendo la diferencia en su entorno, Gandhi dijo <<La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma>>, aun guardo con cariño aquel recuerdo del verano que se fue, de los amigos que no volví a ver y de aquéllos cuyos corazones ardieron con la pasión de sus jóvenes ilusiones y nos regalaron esperanza en el dolor.
Hubo un lugar especial para soñar, humanidades, en un lugar maravilloso llamado Xalapa, la ciudad romántica de neblina densa y lluvia chipi chipi, la poética, la intelectual y la combatiente, en el 2017 la conformación del frente hecho por los colectivos emanados de la universidad ganó las elecciones de la presidencia municipal en Xalapa, los catedráticos arribaron al poder municipal y un año más tarde harían posible la gubernatura con Cuitláhuac Garcia. El arribo al poder de la oposición mexicana al máximo cargo del país, no fue una lucha fácil, hubo millennials que creyeron ser revolucionarios, seducidos por la idea romántica del combatiente de la justicia social, hombres y mujeres que forjaron patria con su vida, rebeldía, ímpetu e insubordinación, en ese paso cayeron muchos amigos, compañeros, hermanos.
Este artículo es en memoria de ellos.
Por Alejandra Tejada