“Me canso ganso”
Expresión atribuida al cómico mexicano Tin Tan
durante las décadas de los 50´s y los 60´s
Estimado lector pensante:
A ti me dirijo; a ti es a quien deseo comunicarle este mensaje. No porque pretenda con esto discriminar a nadie ni mucho menos porque busque dirigirme sólo a un grupo selecto de personas. De hecho tú y yo no necesitamos de muchas palabras para identificarnos, ya que estamos conectados por un lenguaje muy especial que nos conecta y nos comunica: el lenguaje de la razón.
Tener esta facultad es algo innato en todo ser humano; en pocas palabras todos somos seres pensantes por naturaleza. Que algunos o muchos no ejerciten esta facultad en sus vidas y sobre todo que no lo hagan de manera activa y sistemática, eso es ya harina de otro costal.
[amazon_link asins=’B076HL2854,B075R5VG93,B077JHNYYQ,B077D5J7QN,B0725X745J,B079D7FQHF,B075FZNVJ7,B0746NCNSG,B003BWJAEG,B079BXFFHS’ template=’ProductCarousel’ store=’nmd18afiliado-20′ marketplace=’MX’ link_id=’2f18d50a-f7c3-11e8-8659-c5cfb7755406′]
Ahora entenderás el porqué del título de este artículo y para ello me remito a un ejemplo por demás fresco e ilustrativo. En el discurso de su toma de protesta, hecho literalmente en las rodillas, a López Obrador se le olvidó que hace ya muchos meses termino su campaña político-electoral, porque en eso convirtió en los hechos este acto por naturaleza solemne y republicano, desdeñando por completo el que ahora gobierna para TODOS los mexicanos y no únicamente para quienes le creen a ciegas todo lo que les dice y como se los dice.
Por otra parte, el querer ahora convertir en acciones de gobierno todas sus ocurrencias que durante años nos tuvimos que soplar, deja perfectamente al descubierto su crasa ignorancia en cuestiones económicas y el altísimo costo que esto acarreará al país de hacerse ellas realidad. Los 830,000 millones de pesos que en sólo 3 semanas se perdieron a partir de su insensata decisión de cancelar, “por sus pistolas”, el trascendente proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, es una imagen que por sí sola vale más que mil palabras.
Finalmente e insisto, únicamente para terminar con este botón de muestra, su expresión irresponsable de que el “país está en quiebra”, dicha en el zócalo a sus incondicionales, lo pinta además como un individuo perverso, ya que miente a sabiendas de que está mintiendo, en tanto que el “me canso ganso” de este ¡Jefe de Estado¡ lo retrata perfectamente como alguien que no disimula el carácter extremadamente autoritario y soberbio que le caracteriza.
[amazon_link asins=’968231397X,8497842294,B07F1FKC1J,1101910801,B00Y94E860,8499201768,B00T5B5II4,9682316928′ template=’ProductCarousel’ store=’nmd18afiliado-20′ marketplace=’MX’ link_id=’13f9c766-f267-11e8-9ea1-9b8dd2ec0fd4′]
Frente a esta insoslayable realidad, es necesario advertir en el horizonte la confrontación que se perfila entre la razón y la sinrazón o en otras palabras, entre la sensatez y la estupidez, como se le quiera llamar, cosa que además se registra ya en otras partes del mundo (v.gr. E.U, Venezuela, Brasil, Nicaragua, Bolivia e inclusive el Brexit en Inglaterra, etc.etc), quedando la impresión de que está empezando a emerger –sin que nadie aparentemente lo califique como tal- un nuevo tipo de oscurantismo en pleno siglo XXI.
Por contrapartida y por fortuna, del otro lado de la moneda está surgiendo un cada vez mayor número –varios millones ciertamente- de ciudadanos con dos dedos de frente, que hoy en día no estamos en lo absoluto dispuestos a asumir el papel de simples espectadores de todo lo que hace un gobierno que considera al país como si fuera su juguete.
Por lo tanto, propiciar, fomentar y desarrollar la Cultura de un México pensante, en todas las edades y en todos los estratos económicos, a fin de dar lugar a una Conciencia colectiva que sea constructiva y crítica a su vez, es hoy en día un imperativo que no podemos ignorar, máxime que es imprescindible conformar un contrapeso real de las decisiones que tome el nuevo Presidente y su congreso, antes, durante y después de las mismas. Por el bien de México, no lo echemos en saco roto.
Raúl Victoria Iragorri
Autor del libro Confieso que es…simple