A la edad de 6 años me regalaron mi primer libro “El Principito” escrito por Antoine de Saint-Exupéry.
Soy hija de madre soltera y como buena madre trabajo para darme lo necesario en ese entonces, no tengo hijos pero supongo que debe ser preocupante dejarlos solos en casa y generalmente escucho consejos que le dan los padres a los hijos como “Prende la tele para que no te sientas solo”, pues en mi caso no teníamos televisor y era mucho más barato comprar un libro, así que mi madre me decía “Lee los libros que te compre”.
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Cuando eres un niño la soledad no se siente, te entretienes hasta con las hojas de los árboles, haces de charcos lagunas, creas casas con ropa vieja, la imaginación está encendida. Vives abierto a toda clase de experiencias y de aprendizaje. Sentirte solo o pensarte solo es el último de los motivos de preocupación.
Tardé casi un año en terminar ese primer libro que me había regalado, a mis 28 años lo leo en 3 días. Conforme crecía comenzaba a sentir esa soledad, esas ganas de amigos, de tener una mejor amiga y poder hacer pijamadas, de poder jugar a las muñecas por horas; pero no pasaba así. Las múltiples ocupaciones de mi familia hacían que estuviera todo el día en casa y fue así como pase de leer 40 palabras en un minuto, a leer 120 con una compresión lectora del 90% (detalle: mala memoria). Entonces las compañías dejaron de ser necesarias, los amigos deje de anhelarlos.
Esto es un artículo de educación o psicología, por experiencia propia te puedo decir que los libros son una buena compañía para los niños, que el televisor no siempre beneficia como lo hace la lectura correcta. Mi imaginación no se acabó y la lectura no hace daño.
No tengo hijos, más sin embargo tengo amigos con pequeñas familias, siempre busco regalar un libro, y cuando escucho ese comentario “Los niños solo quieren jugar, no leer” no es cierto, los niños quieren aprender y aprenden jugando, e imitando y también leyendo. Un libro de una buena temática y del interés de un niño será un regalo que le va a durar toda la vida, todo el tiempo y que siempre lo va acompañar.
Te pido que regales un libro, a lo mejor no hay un pequeño de 6 años cerca de tu vida, pero todos tenemos un niño interior. Busquemos compañías que edifiquen, que construyen, que nos den alas, conocimiento, que no se acabe y nos ayuden a pensar.
Violeta Tequila
Poeta