La Plaza de las Cuatro Culturas Cuarta Parte
Previo a la gran movilización del 68 se dieron otras manifestaciones de consideración, la más frecuente y emotiva fue la realizada en apoyo a la Revolución Cubana, se trató de una gesta heroica que dimanaba toda su hazaña sobre las repúblicas de América Latina, entre los motivos que la impulsaban estaba la conexión generacional, se correspondían los actores directos con el imago de jóvenes vinculados culturalmente en el origen común de las naciones y en el ideal concebido por la utopía socialista, el otro factor era político lo promovían las dictaduras impuestas durante el tiempo duro de la Segunda Guerra Mundial, en especial la región del Caribe y Centroamérica.
La solidaridad con Cuba no solo se expresó con marchas y protestas contra los gringos y su gobierno, además los jóvenes acudían al momento en que las acciones de los revolucionarios cubanos daban respuesta a las medidas de castigo dispuestas por la Casa Blanca, una de las mayores manifestaciones fue la que se convocó para repudiar la invasión de Bahía de Cochinos, que dio lugar a la decisión del General Lázaro Cárdenas de viajar a la Habana a compartir el riesgo de enfrentar a los invasores, lo cual no sucedió porque el Gobierno de Adolfo López Mateos lo impidió, dejando lugar para que acudiera personalmente a invitarle a acompañarnos a la plancha del zócalo donde tendríamos el mitin de repudio a la invasión.
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Cuando la desplegada de la marcha llegamos al zócalo, el General Cárdenas se encontraba en la esquina oriente del cruce de 20 de noviembre con la Plaza de la Constitución, fuimos por él quien nos acompañó, y no obstante la improvisación y falta de recursos para montar un templete, el accedió a dirigirse con un aparato de sonido de baja potencia trepado en el capacete de un viejo automóvil.
Toda la marcha se acomodó a sentarse en el suelo para escuchar con profundo silencio el mensaje del ex presidente, quien exaltó el sentimiento de la patria latinoamericana, para manifestar el sentimiento de la Patria Grande, y la decisión de enfrentar la agresión a Cuba con una creciente y valerosa solidaridad de los pueblos indoamericanos. Esa noche fue gloriosa, quedó inscrita en los grandes sucesos de la Plaza de la Constitución ha visto transcurrir.
En igualdad sentimental se compartió la manifestación de solidaridad con Vietnam, pequeño David que vencía al Gran Goliat de las barras y las estrellas, la respuesta represiva era invariable y más dura que la operada con las manifestaciones a favor de la isla caribeña, las golpizas se generalizaban y el golpe de los sables era más fuerte, sin embargo, los iconos de las marchas se difundían por todas las partes del mundo, el Che, Fidel, Hochimin, Zapata, etc. Hacían las marchas multiplicarse en todas partes del mundo, el grado de dificultad para reconocer el escenario nacional donde tenía lugar era a veces difícil de precisar.
Un tercer factor de movilización entre el estudiantado fue el repudio a la corrupción como fueron las manifestaciones contra la estatua de Miguel Alemán Valdez, Presidente de México – 1946 a 1952- el rechazo al ex mandatario veracruzano contrastaba con la admiración y respeto a su antecesor originario de Jiquilpan Michoacán, la corrupción era el fiel de la balanza pero también la mirada del destino de la nación, ya que el primero depositaba su instinto de mejorar la situación del país con el apoyo e imitación de los Estados Unidos, en tanto el ex mandatario michoacano con escepticismo solo estimaba el esfuerzo propio de los mexicanos para alcanzar su bienestar e independencia. El Presidente Alemán se le llegó a llamar “míster amigo” a partir de la entrevista con el Presidente Truman, a Cárdenas se elevó a calidad de forjador de la “independencia económica de México”.
Los estudiantes compartían ambas visiones, el lado nacionalista sufría el encono del embate pro imperial, lo que se deslindó con mayor claridad en la primera mitad de la década de los sesenta, los grupos de ultra derecha de corte anticomunista, de corte radical católico, desafiaron a los núcleos ideologizados de izquierda cuyo abanico de opciones iban desde ser solidarios y fraternos pasando por los impulsores de la democracia y propiciadores de mayor injerencia de Estado con medidas socialistas, hasta vislumbrar a los radicales que promovían el uso de la violencia revolucionaria.
(*) Docente de Ciencias Políticas de la BUAP, Campus Tehuacán, en el M68, se acreditó como representante de la Escuela de Economía de la UAP en la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior, siendo Consejero maestro de dicha institución, como dirigente de la FEU 1960 fue convocante al Primer Congreso del Congreso Nacional por la libertad de los presos políticos y la defensa de las garantías constitucionales, donde se elabora el primer antecedente del Pliego Petitorio , también dirigió la campaña contra la corrupción simbolizada en la estatua de Miguel Alemán en Ciudad Universitaria. Fue diputado federal de la L Legislatura donde se aprueba la Reforma de Partidos Políticos para abrir paso a la apertura democrática que exigía el M68. También fue diputado en las legislaturas LII y LVI.
Por Antonio Tenorio Adame.