Devorando sus sesos Jóvenes Socio-política

Dos Lógicas de Peticiones

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La Plaza de las Cuatro Culturas  Tercera  Parte

Las Cuatro luces de bengala que cayeron sobre la Plaza del mitin de Tlatelolco son verdes, dice Hugo Hiriat -Excélsior 4 octubre de 1968-, se despliegan sus fuegos para advertir que esta fecha no puede pasar a la historia patria como la tarde de la represión, y que el lugar lleve el nombre de la Plaza de las Cuatro culturas.

Cuenta también Hiriart, la entrevista de Sartre a Daniel Cohn-Bendit, líder del Mayo Francés,  en la que le da a conocer el reclamo de mucha gente a quienes  no saben poner en su lugar lo que rompen. La respuesta del joven dirigente es: “la fuerza de nuestro movimiento reside, precisamente en que se apoya en una espontaneidad “incontrolable”, sin tratar de canalizarlo u utilizar  en provecho suyo la acción que ha desencadenado; enseguida ofrece dos caminos, uno que los especialistas hagan un programa y dos tratar de hacer comprender la situación a un buen número del pueblo,  Para ello hay que evitar la organización de un programa, pues resultaría inevitablemente paralizante. La única posibilidad del movimiento es precisamente este desorden que permite la libre expresión de la gente y puede desembocar en una cierta forma de autorganización. Como se sabe el Movimiento parisino estuvo a punto de derribar al Presidente De Gaulle, se reflejó en el ajuste monetario internacional y puntualmente alcanzo a paralizar con una huelga general la economía de mercado.

 

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Pero si el Movimiento Francés, no tuvo programa, a la inversa del Movimiento mexicano, aquel no fue reprimido resultó victorioso políticamente pero no se sustentó posteriormente, si bien  fue un Movimiento sin programa ni demanda, como si lo contenía el Pliego Petitorio de los mexicanos que fue retenido sin evitar que sus ecos se dieran con posterioridad, e inversamente al paro general de París, aquí se vivió los resultados de la huelga de los ferrocarrileros en su origen por lo que partió de una represión y se llegó al final con su liberación.

AYER Y HOY PLIEGO PETITORIO M68/18

El presente contiene al pasado, Hay muchas experiencias resucitadas que han vuelto a surgir con bríos, como ocurre con la libertad de expresión manifiesta en todo el proceso de protestas estudiantiles, desde sus incipientes orígenes hasta la actualidad en el movimiento de los jóvenes “millennials”.

Para destacar el postulado anterior es suficiente volver la mirada a la situación presente donde los medios señalan que después de 17 horas de discusión en el Auditorio Ho Chimin de Economía, para lograr el consenso en la elaboración de pliegos  petitorios de 50 escuelas, se llega a un receso para convocar a la Asamblea una vez recabadas consultas en sus escuelas.

El continuum entre el pasado y presente es el llamado Pliego petitorio, como una base de acuerdo social que se recaba y renueva en las contingencias que exige la realidad. Los estudiantes, como estrato social renovable por su movilidad generacional y de transformación por el conocimiento, han aprendido como movimiento a negociar con base en una cultura de legalidad y legitimidad, como lo expresa bien el petitorio.

Hace 50 años el eje de articulación del movimiento social más importante triunfo sobre la fuerza y la violencia que se ocultaba en la llamada “razón de Estado”.

Las peticiones de hace medio siglo planteaban en primer término el respeto a la Constitución, la derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código penal cuya aplicación era la represión a los movimientos sindicales, y de oposición, otros puntos de la demanda exigían las renuncias de responsables directos de las represiones y la disolución de los cuerpos policiacos.

El M68 triunfó a pesar de que fue derrotado por la brutal represión de Tlatelolco que dio lugar a un relato basado en la tragedia y en la condena al Estado como huella del blasón represivo. Tan fueron victoriosos los estudiantes que hoy de nuevo están en la vanguardia del reclamo de respeto a los derechos de libertad de expresión.

El relato opresor de la memoria derivado de la matanza en Tlatelolco ha sido una cortina de humo que atrapó con la emoción de condenar más que exaltar el triunfo de derogar las trampas legales del autoritarismo, e incluso abrir el Estado para promover la apertura del Congreso a un arco iris pluripartidista, con la reforma constitucional y electoral de 1976.

Entre los elementos que limitan una completa historia del movimiento estudiantil se encuentra que el examen de los procesos sociales que acompañaron como causa efecto de una sociedad entonces convulsionada, es también necesario destacar que se resalta a otros movimientos paralelos mientras se sumerge la propia historia de los estudiantes, resulta así que son más ampliamente estudiados las protestas de maestros, médicos y desde luego ferrocarrileros, quedando al margen la lucha de los estudiantes que fue la única que no perdió continuidad desde sus labores en el movimiento estudiantil camionero de 1958 hasta su culminación al cerrar el ciclo una década después, como lo demuestra la elaboración del  petitorio, una historia poco conocida.

De acuerdo con los comentarios a la cronología del 68 se da cuenta que este fue aprobado en la sesión del CNH el 4 de agosto de ese año, aunque sus antecedentes dan cuenta que su planteamiento original medular, los primeros cuatro puntos de defensa de la constitucionalidad y la derogación de leyes represivas, a la par de renuncias de responsables de la represión, fue producto del Primer Congreso por la Libertad de Presos Políticos de junio de 1960, convocado por el Comité creado con ese fin donde se encontraban David Alfaro Siqueiros, Renato Leduc,  Othón Salazar, y  Antonio Tenorio Adame como Presidente de la FEU, entre otros más.

Un dato de interés que permite avizorar las jornadas iniciales estudiantiles es la aportación que la base escolar de Economía en Ciudad Universitaria, donde se solicitó a los directivos docentes el Auditorio de la Escuela para la realización de dicho Congreso de Libertad de Presos Políticos, donde se preparó el antecedente del que sería el Pliego petitorio  del 68, sobra decir que fue negada la petición, eran otros tiempos, porque ahora en ese Auditorio que ganaron los jóvenes es faro de libertad y espacio de deliberación, como señala la prensa:

“Esta vez la capacidad del auditorio Ho Chi Minh fue insuficiente para dar cabida a la mayor asamblea interuniversitaria que se realiza desde 2014, cuando sesionó para organizar a los estudiantes tras la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. A las 12 horas de ayer se decidió llevar la reunión al Alfonso Caso, de la Facultad de Ciencias, donde discutieron los pliegos petitorios de cada una de las 50 escuelas, facultades e instituciones representadas. Asistieron del IPN, UAM, UPN, ENAH y de universidades de otros estados”.

El 2 de octubre triunfó, está presente, los estudiantes ganaron sus auditorios, defendieron la Constitución, ampliaron y ejercieron las libertades civiles, el M68 está presente, la reunión de estudiantes en Asamblea permanente del 2018 revive el principio clásico de lo bueno permanece.

(*) Docente de Ciencias Políticas de la BUAP, Campus Tehuacán, en el M68, se acreditó como representante de la Escuela de Economía de la UAP en la Coalición de Maestros de Enseñanza Media y Superior, siendo Consejero maestro de dicha institución, como dirigente de la FEU 1960 fue convocante al Primer Congreso del  Congreso Nacional por la libertad de los presos políticos y la defensa de las garantías constitucionales, donde se elabora el primer antecedente del Pliego Petitorio , también dirigió la campaña contra la corrupción simbolizada en la estatua de Miguel Alemán en Ciudad Universitaria. Fue diputado federal de la L Legislatura donde se aprueba la Reforma de Partidos Políticos para abrir paso a la apertura democrática que exigía el M68. También fue diputado en las legislaturas LII y LVI.

Por Antonio Tenorio Adame

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