Úrsulo Galván Reyes, el agrarista Veracruzano internacional
¡Qué despierte el dormido!, lo exclamaría sin duda tu camarada Carolino Anaya Ramírez. Es la hora de que despiertes desde lo más alto de los cincos cerros, que es el poderoso macuiltepec, donde se elevó la cripta sagrada de los hombres que dieron todo por la causa campesina del estado. ¡Qué no se les olvide que ese cerro encierra un sinfín de historias de los líderes agraristas! Ahí está su esencia, su presencia, su historia del México agrarista de la postrevolución.
Eres Úrsulo Galván Reyes, el niño que padeció la pobreza desde su hogar, aquel que creció con el ferviente soporte de su querida madre, que lo llevó a realizar sus primeros estudios para posteriormente formarse en la carpintería, y en su juventud, se fue ilustrando con los documentos ocultos para las grandes masas, pero comentados y debatidos entre los miembros del Partido Comunista Mexicano, el Sindicato de Inquilinos y la Antorcha Libertaria.
Bien lo expresara tu maestro, guía y formador Manuel Almanza:“Con verdadera extrañeza al principio, pero con positivo interés más tarde, vieron los campesinos jarochos presentarse, ahora en una ranchería, mañana en otra, a los grupos de alborotadores inquilinos, que, tremolando en alto sus banderas rojas, entonando sus himnos revolucionarios y gritando mueras a la burguesía, exhortaban a la lucha valiente y activa contra los terratenientes explotadores y asesinos.” (Reynoso Jaime, Irving, en “El agrarismo radical en México en la década de 1920”,2009:18).
[amazon_link asins=’B00ZDHDX9A,B012ENWHAQ,B00ZCVBDYY,B07BBGKR1G,B00RPFHB96′ template=’ProductCarousel’ store=’nmd18afiliado-20′ marketplace=’MX’ link_id=’db775022-98f1-11e8-bf5f-9dc5437f751a’]
Fueron diversos momentos de tensión, de lucha, de experiencias distintas que se entrelazaban. Muchos enfrentamientos, sangre de los de abajo y levantamientos necesarios, pero sin embargo, hiciste lo correcto en el tiempo oportuno. Te ganaste el reconocimiento y amistad por siempre del gobernador agrarista Sixto Adalberto Tejeda Olivares y de los líderes campesinos del estado de Veracruz y de todo el territorio mexicano. Fundaste y dirigiste a la Liga de Comunidades Agrarias en 1923 y a la Liga Nacional Campesina a partir de 1926, fuíste miembro distinguido de la Internacional Campesina de Rusia (Krestintern). No obstante, como lo declamara un poeta:
“¡Duerme de cara al cielo; tú que fuiste en la vida: un afán y un anhelo; y un constante vigor! / Duerme aquí, donde el ciclo de la claridad te baña, y que en su seno frío te acoja la montaña, luchador”. (Ibidem, 45)
Lejos del hostigamiento, de las luchas internas, de los enfrentamientos entre los hermanos del sector agrario. Lejos de las indiferencias, de la desestabilidad social, de los fuertes problemas económicos por los que pasa el país, de la dispersión de los trabajadores del campo. Lejos del jornal y del olvidó de los principios que le dieron origen a tu organización. Es la hora que regreses camarada Úrsulo Galván Reyes, para que organices a los trabajadores del campo y a los pueblos indígenas, en comités particulares agrarios, para que los distribuyas otra vez con funciones delegados, para que se vuelva a levantar la bandera roja, símbolo de la unificación de la causa justa y agraria mexicana.
Paxkatkatsini (Gracias en idioma totonaco)
Por Fernando Hernández Flores (Diario de Xalapa)
venandiz@hotmail.com
Twitter @tepetotot