Entre los muchos “críticos” que tienen la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador y la oposición que representa MORENA, está la que esgrime con entusiasmo esa izquierda que pese a todo, aún se refugia en el discurso marxista – o similares – y que desde curiosos púlpitos de pureza ideológica y hasta teórica, dicen criticar la ruta de la izquierda electoral, dando como alternativa, las mismas pautas sabidas desde décadas atrás.
El discurso de esta izquierda es en realidad simple: MORENA y Andrés Manuel López Obrador pertenecen a la misma política y al mismo régimen burgués, no buscan su transformación, por tanto son parte de los opresores; incluso, no sólo son representantes de la burguesía sino del capitalismo mismo, por lo que al igual que el resto de partidos, engañan al proletariado y lo desvían de su camino verdaderamente revolucionario. En fin, palabras más, palabras menos, con detalles de enfoque o de estilo en el discurso, así se expresan en lo general estos defensores del marxismo y del proletariado, o al menos así se presentan.
Sin embargo, la lógica de este discurso, de tan burda, no alcanza a revelarnos absolutamente nada, al menos no algo que sea políticamente útil, ni siquiera para el proletariado, ese sujeto histórico que tanto traen y llevan.
Primero hablan de un capitalismo y un régimen burgués, muy bien, ahí atinan. Ciertamente las formas productivas y en especial las relaciones de producción en este país tienen como base principal reglas capitalistas, de hecho el gran resultado del mismo, en especial tras los años neoliberales, es la mayor concentración de capital, en unas cuantas manos, o sea, la gran burguesía mexicana, y con ello la proletarización de la mayor parte de la sociedad mexicana. Esto implica que el Estado ha sido ajustado a esa realidad opresiva, precisamente en esos años neoliberales, hay pues un régimen político que favorece a la gran burguesía y sus aliados políticos e intelectuales.
Pero pasada esta tipificación el tema lo que sigue ya no es tan fácil. ¿En verdad todos los partidos son representantes de la burguesía? y en ese caso ¿de cuál burguesía? ¿hablamos de la misma? Si un partido o una parte de la clase política, como le damos en llamar, defiende un modelo en que el Estado se pliega en favor de los intereses de un sector o clase social, que acapara la riqueza, se entiende que esos políticos o partidos trabajan con la burguesía, en nuestro caso la gran burguesía o al menos con una parte de ella. Pero si otros partidos defienden la recuperación del Estado como garante de derechos para las mayorías, favoreciendo un reparto mediano o mayor de la riqueza entre la sociedad, entonces habría que preguntar ¿a qué burguesía defiende ese partido o partidos? Puede ser que a una parte de la gran burguesía, o de la burguesía nacional (ese segmento de empresarios que no necesariamente están ligados con intereses transnacionales o no cuentan con grandes fortunas), pero al buscar un reparto más amplio de la riqueza, ese partido resulta que también defiende los intereses de otros sectores, de nivel medio o de origen popular. ¿Y entonces a qué burguesía representa ese partido que de pronto defiende los intereses muchos más amplios sectores y clases y no sólo los de la burguesía? Algunos marxistas dirán que pese a conceder ciertos derechos a ciertos sectores medios o populares, de todos modos defiende al sistema capitalista y por tanto es burgués, y la clave está en que no desea cambiar el sistema, sino su fachada. Y es verdad, ahí está la clave: cambiar al sistema.
El cambio estructural de un sistema es realmente una gran tarea, histórica se diría, más cuando hablamos de transformar al capitalismo, digamos, hacia el socialismo, sólo que para eso se necesita un gran impulso social y político, en especial de los sectores populares, o si somos puristas, del proletariado.
¿Cambiar a un sistema donde pese a la existencia del Estado, se privilegia la socialización de los bienes y el derecho de cada quien a recibir según su trabajo y su necesidad y no según su interés privado y su pretendido privilegio? Suena muy bien, como siempre ha sonado, y sonará todavía mejor cuando para eso, el proletariado, los obreros , el pueblo trabajador, como se quiera, esté organizado, no de modo económico, sino político e ideológico, no en un “partido” de decenas o cientos sino en un movimiento de miles, de cientos de miles incluso. Pues bien, eso es lo que no tienen los compañeros marxistas, salvo sus palabras y su lógica de manual.
Los marxistas de este país, salvo casos realmente extraordinarios, no están organizando al proletariado, política e ideológicamente, no están preparando la conciencia organizada del proletariado ni mucho menos. Dos ejemplos, ¿dónde han estado los marxistas ante los movimientos de los jornaleros agrícolas o de los mineros? Un servidor no los vio por ahí. ¿En dónde dicen que están para organizar a todos las víctimas de la reforma laboral? En ninguna parte.
MORENA y Andrés Manuel son lo que son y no lo que otros quieren que sea. Es un movimiento plural, pacífico y legal, que busca la transformación por vía electoral, nada más, con principios sociales, democráticos y nacionalistas, no socialistas, nunca se ha afirmado así ni lo hará. Este movimiento busca un cambio democrático en los márgenes acotados del actual régimen y de la historia, sí, pero resulta que con esa limitación está construyendo una mayoría política para imponer cierta justicia para las mayorías, esos son los alcances históricos. Los marxistas, como movimiento, si es que eso son, no están inmersos en ningún movimiento de masas, en especial populares, los vemos a nivel individual pero no son una expresión nacional siquiera. ¿Quieren un movimiento que integre al proletariado? Primero vayan a buscar a ese proletariado y construyan su partido. ¿Quieren una revolución socialista? Vayan al proletariado y emprendan las batallas necesarias y quizá, sólo quizá, en veinte años más o menos las condiciones sean otras y un servidor se callará la boca. Por el momento los que deben cerrar su marxista boca son otros y más bien ponerse a trabajar, con MORENA o por su cuenta, en ambos casos están en su derecho.
Por: Jorge Ignacio García Ponce