Saetas al Aire Sustentabilidad

La alimentación, un derecho humano hecho negocio.

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No existe ningún ser vivo que no requiera alimentarse

para satisfacer las necesidades de su ciclo vital, todas las células animales y vegetales requieren sustancias nutritivas para funcionar. Por eso podemos decir que sin alimento no hay vida.

La alimentación es una necesidad, que lleva en el caso de la especie humana a la búsqueda de mayor cantidad de insumos para satisfacer la demanda de la creciente población.

Pero es esa búsqueda incesante la que nos lleva a la sobre explotación de los recursos naturales y los productos de origen animal, fenómeno que está ocasionando el deterioro de los ecosistemas y alterando las relaciones sociales y productivas en todo el mundo.

Grandes monopolios alimenticios aprovechan la creciente demanda de alimentos para especular en los mercados internacionales de futuros, ocasionando que los precios vayan a la alza, quedando fuera del alcance de millones de personas que sufren hambre.

Esa misma demanda, también impulsa la oferta de ciertos alimentos procesados saturados en azúcar, grasa y harinas refinadas, y conservadores que ocasionan otro fenómeno de mal nutrición (obesidad) entre los sectores sociales que aún pueden comprar alimentos-no precisamente los más saludables y baratos-simplemente los más fáciles de obtener y consumir, sobre todo en las grandes urbes, ante el estresante ajetrear diario, que cada vez deja menos tiempo para que las personas coman en sus hogares.

Por otro lado, recordemos que los medios masivos de comunicación influyen de manera decisiva en los gustos y preferencias de los consumidores, situación que es aprovechada por las grandes marcas para impulsar la oferta de sus productos a través de campañas publicitarias, algunas de ellas engañosas para los consumidores, Así no es raro encontrarnos que la cultura alimenticia de la población se haya modificado , ante el embate de la “modernidad” y el impulso de la comida llamada “chatarra”: pizzas, hamburguesas, hot dogs, pollo frito, pastelillos, cereales, galletas, barras nutritivas, frituras diversas, refrescos embotellados, comida congelada, embutidos, papillas para bebé…etcétera. Moda que en mayor o menor medida ha afectado la salud de la población.

 

¿Quién puede comprar frutas, verduras, pollo, pescado, carne y tener tiempo para cocinar los tres alimentos diarios para que los miembros de la familia puedan comer sanamente?…respuestas habrá muchas.

Es decir, la alimentación, UN DERECHO HUMANO, no está al alcance de todos-porque hay personas en el mundo que mueren de hambre-, no es en algunos casos la mejor para la salud humana, -comida chatarra- y es un negocio altamente rentable para las grandes marcas que nos venden “alimentos nutritivos, balanceados y saludables” que nos prometen mejorar el crecimiento de los niños, aumentar el rendimiento físico y mental y cubrir todas las necesidades nutricionales de una persona…

Por eso, la alimentación es uno de los principales retos estratégicos de los estados. Un estado que no es capaz de satisfacer las demandas primarias de una sociedad está en riesgo de sufrir crisis sanitarias y conflictos sociales. La disparidad económica y social que pone en un lado de la brecha social a un  sector de la población en extrema pobreza que no tiene acceso a los alimentos y que padece desnutrición y por otro lado a otro sector con sobre alimentación o mal nutrido que desarrolla enfermedades relacionadas con la obesidad, son temas que impactan en la seguridad alimentaria, la estabilidad social y la capacidad de desarrollo sustentable de una nación.

Nos encontramos frente a un reto universal. ¿Cómo producir más y mejor alimento para todos, como evitar que empresas y estados aprovechen esta necesidad humana para controlar el rumbo de la vida y el desarrollo de los pueblos?

Necesitamos tomar conciencia de que cada bocado que nos llevamos a la boca, tiene un costo económico, social, político y ecológico.

En México se habla de productividad, sustentabilidad y rentabilidad, el Gobierno mexicano dispuso de mecanismos para atender el hambre y la mal nutrición, así como para aumentar la producción de alimentos y ofrecer mayores oportunidades a los productores, así lo dijeron en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición, organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (WHO)…

Esperemos que con este plan estratégico la nutrición en México mejore ya que 5% de la población aún presenta prevalencia de desnutrición (Banco Mundial), y tenemos el primer lugar mundial en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adultos (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) …

Por Omar Bustani Barrientos

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