“La mente es igual a un paracaídas;
sólo funciona si se abre”
Albert Einstein
Estimado colega:
A ti me dirijo, a ti que tal vez mueva tu curiosidad el por qué te formulo esta pregunta de Y tú, ¿quieres despertar?, a ti en particular me dirijo, no porque pretenda prejuzgar que te encuentras dormido o dormida frente a todo lo que acontece hoy en día en nuestro país, sino por el contrario, porque percibo que sientes, al igual que yo, una cierta empatía con un pensamiento que muy seguramente merodea en tu mente como lo hace en la mía: la exigencia de un despertar de conciencia, de un cambio de actitud colectiva que nos haga abrigar, con los pies bien puestos en el piso, la esperanza de que podemos aspirar a vivir en un México radicalmente mejor al que hoy tenemos.
El poder compartir contigo esta expresión de “con los pies bien puestos en el piso” me permite retomar el hilo de nuestra conversación anterior, en el sentido de aludir a ti como colega en la utilización activa y sistemática de un lenguaje muy sui generis, de un lenguaje impresionantemente simple que muy poca gente considera como tal: el lenguaje del sentido común.
Por consecuencia, el hecho de estar conectados en una misma sintonía y ser al mismo tiempo manifiestamente reactivos a todo aquello que atente contra nuestro más elemental sentido común, nos lleva frecuentemente a formularnos y a formular a otros la pregunta de: Y tú, ¿quieres despertar?.
En pocas palabras, ¿estás dispuesto o dispuesta a ser parte activa y organizada de este ejército de gente pensante y a sumarte decididamente a la “batalla” de hacerle frente –con la poderosa arma de TÚ sentido común- a esa creciente ola de personajes ignorantes, mentirosos, manipuladores, simuladores y prestos para el engaño, que pretenden envolver a muchas sociedades y países del mundo, incluido por supuesto al nuestro, con aquello que eufemísticamente ha sido denominado populismo, mismo que nos hace experimentar por momentos el estar viviendo el acoso del fantasma de un nuevo tipo de oscurantismo … ¡en pleno siglo XXI¡?
Estos denominados populistas, que en el terreno de los hechos no son otra cosa más que simples demagogos, nos ofrecen un retrato de cuerpo entero y sin maquillaje de por medio, de individuos que han demostrado hasta la saciedad que su verdadero objetivo es únicamente conseguir y usufructuar el poder, por el poder mismo, pretendiendo “cautivar” a “sus masas de incondicionales” mediante el engañoso argumento de que su realidad cambiara de la noche a la mañana, a través de “recetas” o soluciones simplistas -mágicas pues- con las que suelen contagiar desafortunadamente a numerosa cantidad de individuos, las más de las veces notablemente desinformados o peor aún, francamente ignorantes.
Lo curioso de todo es que estos demagogos nos ofrecen un estereotipo que se repite con una precisión casi matemática en todos y cada uno de los casos, sean populistas de derecha (v.gr.Trump, el autodenominado por él “genio estable”) o sean de izquierda (v.gr.Maduro y anteriormente Chávez). Para decirlo metafóricamente, el corte del traje que utilizan estos individuos es a final de cuentas exactamente el mismo: mentirosos contumaces y perversos (mienten a sabiendas que lo hacen); ignorantes supinos, sobre todo en cuestiones económicas; actores mediocres en eso de ejercer la simulación; manipuladores de “sus masas” de incondicionales; maniqueistas e intolerantes por sistema (“los buenos somos nosotros, los malos son todos los demás”); autoritarios y soberbios en cuanta oportunidad se presenta y especialistas reconocidos para hacerse las víctimas en todo aquello que no les es favorable (v.gr. lo que ellos denominan como las “fake news” de los medios que no le son afines), son entre otros, elementos que caracterizan distintivamente el ADN de estos demagogos de bolsillo.
Frente a esta realidad que ninguna persona con dos dedos de frente podría soslayar, la pregunta de Y tú, ¿quieres despertar? se convierte en pocas palabras en un cuestionamiento muy elemental: ¿es esto lo que tú quieres para México?; o lo que es lo mismo, ¿necesitas acaso más evidencias para terminar de convencerte de la amenaza real que representa para nuestro país un individuo que no necesita presentación y que es a no dudarlo el ejemplo más acabado a nivel mundial del demagogo populista por excelencia, mismo que lleva algo así como 20 años mínimo pretendiendo ser Presidente de la República a base de puras mentiras, manipulaciones y engaños?
México es hoy en día, sin duda, un país que se encuentra tremendamente fragmentado, psicológica, sociológica y moralmente, entre otras cosas, como en pocas ocasiones se ha visto en su historia contemporánea. A partir de esta aseveración, permíteme estimado colega hacerte la siguiente pregunta para que la contestes a partir exclusivamente de tu sentido común: ¿Es posible hablar, frente a estas circunstancias tan reveladoras y dramáticas, de que un individuo que es rechazado por casi el 70% de los ciudadanos mexicanos, pretenda gobernar un país que se ha encargado de dividir frontalmente a lo largo de más de 2 décadas?
“La vida es muy peligrosa.
No por las personas que hacen el mal,
sino por las que se sientan a ver lo que pasa”
Albert Einstein
Por: Raúl Victoria Iragorri