¿Cuál va a ser el impacto de las decisiones que este año tomemos?

“El futuro se encuentra siempre presente, como una promesa, una atracción y una tentación”[1].

La transición global ha comenzado: una sociedad planetaria se irá configurando durante las próximas décadas. Pero su desenlace es incierto. Las tendencias actuales determinan la dirección al comenzar el viaje, pero no su destino. Según cómo se resuelvan los conflictos sociales y del medio ambiente, el desarrollo global puede bifurcarse en caminos dramáticamente diferentes[2].

El cambio global se acelera y las contradicciones se profundizan. Se necesitan con urgencia nuevas formas de pensar, actuar y ser. Pero tan cierto como que la necesidad es el estímulo que empuja hacia una Gran Transición, la oportunidad histórica de dar forma a un mundo justo de paz, libertad, justicia y sostenibilidad es el imán que nos atrae. Esta es la promesa y la atracción del siglo veintiuno[3].

Existen también en el mundo grandes desafíos y nuevos paradigmas que surgen sin ser esperados de la parte más oscura de nuestras sociedades, como el inesperado Bexit que constituye un duro golpe para el proyecto de la Unión Europea o la presidencia de Donald Trump, en Estados Unidos, y su peligrosa locura egocéntrica, racista y armamentista que pone en jaque la estabilidad mundial.

“Cada generación entiende su momento histórico como único y su futuro como lleno de nuevos peligros y oportunidades. Así debe ser, porque la historia es una narración incesante de cambio y surgimiento. Cada época es única, pero también lo es de manera inédita. En nuestro tiempo, las coordenadas mismas a través de las cuales se mueve la trayectoria histórica, tiempo y espacio, parecen haberse transformado. El tiempo histórico se acelera en la medida que el ritmo del cambio tecnológico, ambiental y cultural se hace más rápido. El espacio planetario se reduce en la medida que se integran naciones y regiones dentro de un único sistema mundial. En medio de la turbulencia y la incertidumbre, muchos sienten aprehensión, temiendo que la humanidad no sea capaz de encontrar un camino hacia una forma deseable de desarrollo global. Pero una transición hacia una sociedad planetaria incluyente, justa, variada y ecológica, aunque parezca improbable, es todavía posible”[4], la participación de la sociedad hacia el desarrollo sustentable es la clave.

Sin embargo, México como país y como sociedad, parece perdido en un laberinto sin salida y como un caracol se esconde y protege dentro de su concha embriagado de ignorancia y vale madrismo, dejándose llevar por la corriente de desinformación de los medios o por la pérdida absoluta de la confianza en sí misma y en sus leyes y justicia secuestradas por la corrupción y la impunidad.

Mientras tanto… “El cambio cultural se mueve a velocidad vertiginosa en comparación con los procesos graduales de la evolución biológica y los todavía más lentos procesos del cambio geofísico. Un  nuevo fenómeno entró en escena: la historia humana, fenómeno en el cual la innovación y la información cultural, el ADN de las sociedades en evolución, impulsaron un proceso acumulativo y acelerado de desarrollo”[5].

Así podemos ver que en México y  en el mundo, hay suficientes recursos para cubrir las necesidades de todos los hombres y ciudadanos, pero no para satisfacer la codicia^[6] de los grupos de poder. Entonces, parafraseando a Vandana Shiva^[7],  Los árboles, las plantas, los animales, la atmósfera, los fenómenos naturales, el desarrollo tecnológico, el conocimiento, son de hecho nuestros aliados, por eso,  seremos libres si aprendemos de ellos y corregimos nuestros errores[8].

Así, lo que deseamos y esperamos es que sea posible despertar a la sociedad civil y que nuestra sociedad civil mexicana gracias a la cercana experiencia y a las recientes heridas que le produjo el sismo, recuerde que puede ser solidaria y se puede unir para producir un cambio que produzca una sociedad más justa y sana de la que todos nos sintamos orgullosos y que aprendamos de nuestros errores y no permitamos que un estado corrupto y mentiroso nos engatuse con espejitos y nos robe nuestro futuro.

La metáfora es mucho más inteligente que su autor, y esto sucede con muchas cosas. Todo tiene su profundidad. Quien tiene ojos ve todo en todo[9]. Y entonces entendemos que “a excepción de la naturaleza, La belleza y la sabiduría rara vez se encuentran juntas[10].”

Por eso intentábamos siempre comprender que la realidad que observábamos era parte de nosotros, y la especulación, nuestro producto. Y si todavía de algún modo, «Las leyes del pensamiento deben ser las leyes de las cosas», uno puede encontrar un índice de la realidad incluso en la locura[11].

Y tal vez es una locura pensar que la sociedad mexicana despierte del sueño de los muertos en vida y resucite como una sociedad participativa, critica y comprometida con su futuro y la mueva hacia una sociedad planetaria más justa construyendo un desarrollo sustentable.

Sin embargo, “Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha”[12], así el sello distintivo de nuestro tiempo es que la creciente complejidad y escala del proyecto humano ha alcanzado una dimensión planetaria[13], pero sin darnos cuenta que “Si la conciencia individual no se convierte en conciencia colectiva y social, entonces no podemos cambiar nuestra realidad”[14]

“Es evidente que la actividad humana ha transformado siempre el sistema terrestre en alguna medida, y que los tentáculos de la conectividad global se remontan en el tiempo, No cabe duda que la huella creciente de la actividad humana sobre la naturaleza y la expansión de las naciones dominantes han sido antecedentes necesarios de la globalización. La esencia de la premisa de una transición planetaria es que la transformación de la naturaleza y la interconectividad de los asuntos humanos han alcanzado una etapa cualitativamente nueva. El aumento demográfico y el crecimiento económico toparán inevitablemente con los límites de los recursos en un planeta finito. La creciente complejidad y extensión de la sociedad durante cientos de milenios tenía en algún momento que alcanzar la escala del planeta entero. Ese momento es ahora”[15].

La cantidad de datos en nuestro mundo ha sufrido una gran explosión y el análisis de grandes conjuntos de datos (Big Data) va a convertirse en una base clave de la competencia, que sustentan las nuevas olas de crecimiento de la productividad, la innovación y la excelencia. El “Big Data” consiste en analizar y explotar grandes masas de datos para crear nuevos productos o mejorar la competitividad y la productividad. Hoy es posible realizar este trabajo por la proliferación de información en Internet y a la Globalización Planetaria. La irrupción de la tecnología en los últimos años ha enviado satélites que nos posicionan con exactitud en cualquier lugar gracias a los GPS, también los Sistemas de Información Geográfica generan la necesidad de cambios de paradigmas en nuestra visión del Planeta Tierra. Estos procesos son el legado de la época moderna de los últimos años que nos llevó al umbral de la sociedad planetaria.

La historia es un árbol de posibilidades en el cual acontecimientos y decisiones críticas constituyen puntos de ramificación que definen uno entre varios caminos alternativos. La rapidez de la transición planetaria aumenta la urgencia por alcanzar una visión y por actuar, sin lo cual franquearemos umbrales que reducirán irreversiblemente las opciones: una discontinuidad climática, el entrampado en opciones tecnológicas no sostenibles, y la pérdida de la diversidad cultural y biológica. Postergar la rectificación de la forma en que vivimos juntos en este planeta puede frustrar la oportunidad de realizar una Gran Transición.[16] Por eso es que optamos por la Educación de la Sociedad Civil que es simplemente la Educación para el Desarrollo Sostenible.

Ahora también el Desarrollo Sustentable es la nueva forma de Desarrollo que el Mundo requiere, ya que el Desarrollo Sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. También toma en cuenta la tasa natural de renovación de la naturaleza y al mismo tiempo que distribuye de forma más equitativa las ventajas del progreso económico, preserva el Medio Ambiente local y global y fomenta una auténtica mejora de la calidad de vida sin detrimento de los componentes con que contaba con anterioridad.

El mundo ha entrado ahora en la fase planetaria, culminación del cambio y expansión acelerados de la época moderna. Se va configurando un sistema global fundamentalmente diferente en relación con las fases previas de la historia. El pasado se difunde hacia el presente. Pero los fenómenos fundamentales que constituyen la globalización surgieron juntos durante las dos últimas décadas. Nuestra hipótesis es que estos diferentes elementos representan aspectos constitutivos de la transición global. Y las instituciones, nuevos actores globales y una sociedad civil conectada internacionalmente se vuelven prominentes y promoventes de la modernidad planetaria. El impacto y riesgo ambiental y social ahora es medido y mitigado por estas instituciones si ellas funcionan bien.

La conectividad global, definida en forma amplia, adopta la forma de una curva de transición, con un “despegue” durante las últimas dos décadas. El esquema sugiere que estamos en la fase temprana de una transición acelerada. En este período de turbulencias no puede predecirse el carácter del sistema global que surgirá de esta transición. La forma última de las cosas por venir dependerá en gran medida de opciones humanas que todavía no se han efectuado y de acciones que todavía no se han emprendido[17]. Es por esto que la sociedad civil tiene que proponer las leyes de protección y justicia social, económica y ambiental y cuidar que sean claramente definidas y aplicadas para marcar el rumbo de la transición hacia el equilibrio y la armonía.

En esto la Sociedad Civil tiene una misión y una meta impostergable, ¿Cuál va a ser el futuro de México y el Mundo? Depende de si la sociedad civil despierta o se mantiene dormida.

Quisiera terminar con una frase de Martin Luther King “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas.[18]”

Artículo por: Luis Yáñez Trujillo

[1] Karl Popper.

[2] Paul Raskin, Tariq Banuri, Gilberto Gallopín, Pablo Gutman, Al Hammond, Robert Kates, Rob Swart.  2006. La gran transición: La promesa y la atracción del futuro. versión en español del libro “Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead ” publicada por la CEPAL con autorización del Stockholm Environment Institute (Boston office). La traducción del inglés al español ha sido efectuada por Silvia Hernández, la revisión técnica estuvo a cargo de Gilberto Gallopín, y el diseño de la portada es obra de Paola Meschi (http://www.gsg.org). 79 pp. http://www.greattransition.org

[3] “Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[4] “Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[5] Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[6]Mahatma Gandhi.

[7] Científica, filósofa y escritora india.

[8] Introducción de la Ficha técnica del CIICCAC 2016.

[9] Georg Christoph Lichtenberg 1742-1799

[10] Luis Yáñez Trujillo.

[11] John Steinbeck. “The Log from the Sea of Cortez”.

[12] Victor Hugo.

[13] Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[14] Luis Yáñez.

[15] Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[16] Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[17] Great Transition. The Promise and Lure of the Times Ahead”. http://www.greattransition.org

[18] Martin Luther King.