Por: Alfredo Martínez de Aguilar
Con El 211 Aniversario del Grito de Independencia es motivo de obligada reflexión para advertir los graves peligros que acechan a México por el riesgo de enfrentamientos entre los mexicanos que entraña la polarización y el fomento del odio presidencial.
A la luz de los hechos concretos, a la vista de todos, a lo largo de los tres primeros años del gobierno de Morena en la 4T, no queda duda alguna de la clara intención del presidente Andrés Manuel López Obrador por imponer una dictadura comunista en México.
Cada día el gobierno del Morena alinea la Cuarta Transformación a la Agenda del Foro de Sao Paulo para imponer el socialismo-comunismo redivivo en una especie de zombi dictatorial en los países de América Latina incluyendo a México. Después de Fidel y Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel en Cuba alientan a los rojetes mexicanos los gobiernos comunistas de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro en Venezuela y en Ecuador los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno. Ocurre lo mismo en Bolivia con Evo Morales y Luis Arce, en Nicaragua con Daniel Ortega Saavedra y Nayib Armando Bukele Ortez en El Salvador. López Obrador cree llegado el momento de imponer a México un gobierno comunista con Morena en la 4T.
Apuesta que al hacer el trabajo sucio al imperialismo yanqui al frenar la migración con la Guardia Nacional, el gobierno norteamericano de Joe Biden no se opondrá, menos todavía al entregar el Istmo oaxaqueño y veracruzano a Estados Unidos con el Corredor Interoceánico. A quienes lo duden por mantenerse hundidos en la ignorancia política y, sobre todo, la complicidad; ahí está el refugio otorgado a Evo Morales y la invitación especial a las Fiestas Patrias al dictador cubano Miguel Díaz-Canel, quien recientemente bañó de sangre a la isla.
Una acción maniquea más. Hace unos cuantos días el gobierno de Morena en la 4T hipócritamente se rasgó las vestiduras y puso el grito en el cielo por la presencia del derechista español dirigente de Vox, Santiago Abascal. Pero, ahora, en cambio, se recibe con bombo y platillos al asesino de los cubanos que exigen libertad y comida, sí comida. Nada extraño en un gobierno nacionalpopulista caracterizado por su doble discurso y doble moral.
Después de las críticas del mandatario mexicano a la firma de la Carta de Madrid por parte de senadores del partido derechista mexicano PAN, el líder de Vox, Santiago Abascal, dijo que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, “se abraza a tiranos y protege a narcos”. Por más increíble que parezca a ingenuos y escépticos, la terca realidad finalmente termina por imponerse, pese a las miles de mentiras decretadas a diario para buscar convertirles en verdades.
Claro, el impulsor del segundo gobierno nacionalpopulista, después de Luis Echeverría Álvarez, quien es su gurú político-ideológico, tiene a su favor aún a millones de pobres engañados y usados. Otros miles de políticos “chaqueteros” del PRI, PAN y PRD, son “idiotas útiles” y “compañeros de viaje” que se dejan utilizar para gozar de total impunidad por su escandalosa corrupción.
Algunos miles de estos políticos corruptos, como el paradigmático Manuel Bartlett Díaz, convenencieros sin escrúpulos, son consumados tránsfugas al brincar del PRI al PT o PRD a Morena. Otros tantos siguen medrando desde los tres órdenes de gobierno sin abandonar al Partido Revolucionario Institucional en la federación, los estados y los municipios más importantes del país.
En los tres primeros años, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha confirmado con hechos que su gobierno se sustenta en la falacia y el maniqueísmo, con alrededor de 60 mil mentiras. Desde la primera mañanera del 8 de diciembre de 2018 a la fecha, según el Taller de Comunicación Política (SPIN), que dirige Luis Estrada, se estiman en promedio 88 afirmaciones falsedades al día.
SPIN contabiliza frases, información, datos y palabras que AMLO ha vertido durante su gobierno con frases icónicas como “En México ya no hay matanzas”, “Les aseguro que no habrá impunidad en ningún caso”, “en el peor momento (del Covid-19) tenemos al mejor gobierno”.
“Faltaba un buen gobierno para convertir a México en potencia”, “no hubo desabasto de gasolina en México”, “la clase media en México es aspiracionista, ya que no tiene escrúpulos morales de ninguna índole”.
Fiel seguidor de la perversa estrategia política divide y vencerás, López Obrador no ha dejado títere con cabeza, arremete un día sí y otro también contra todos aquellos a los que considera sus enemigos, no adversarios.
Una y otra vez, ataca por igual a los medios de comunicación y a los periodistas críticos, a los empresarios, a los médicos y a la clase media, que se ha convertido en uno de sus últimos enemigos junto con el gobierno de Estados Unidos a quien sirve lacayunamente.
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