“El que no enseña no vende…
pero al que enseña mucho se le mosquea”
Dicho popular mexicano
México vive un momento determinante en la definición de su futuro. Lo que hagamos o dejemos de hacer los ciudadanos que tenemos conciencia de lo que está sucediendo hoy en día en México, habrá de repercutir, con nuestra acción o inacción, a favor o en contra, en el bienestar y destino de las actuales y futuras generaciones.
Lo que está sucediendo actualmente en nuestro país, a escasos 60 días de iniciado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no puede soslayarse ni ignorarse bajo ninguna circunstancia. El nuevo Presidente no sólo ha dejado de manifiesto una forma de gobernar que a todos luces habla de un hombre enamorado del poder y de alguien que desconoce por completo lo que debería ser el pensar, decir y actuar de un auténtico JEFE DE ESTADO (con mayúsculas), al evidenciarse cotidianamente la palmaria improvisación con que se maneja; decidiendo SUS proyectos de gobierno a partir de meras ocurrencias y con una soberbia tal que lo hace incapaz de aceptar sus errores y equivocaciones (vgr. La absurda decisión de cancelar el Aeropuerto de Texcoco, con todas las impresionantes y negativas consecuencias económicas y sociales, actuales y futuras, que eso conlleva).
Esta soberbia es a final de cuentas lo más grave de todo ello, ya que de la mano de la mentira en que incurre a cada momento, éste reiterado proceder vendrá tarde o temprano a traducirse, de permitir nosotros que eso continué, en el antecedente inmediato de eso que conocemos como dictadura.
Amlo es un hombre popular ciertamente, a juzgar por el elevado índice de aceptación de que goza hoy en día entre los mexicanos que le creen y lo aceptan así como es. Pero habemos otros ciudadanos con dos dedos de frente que no caemos dentro de ese porcentaje y que tiempo atrás decidimos no dejarnos envolver en la madeja de los reiterados engaños y mentiras que nos receta invariablemente día con día.
¿El más elocuente botón de muestra de ello?: sus cada vez más improductivas, desgastadas y para muchos asfixiantes conferencias tempraneras, casi a la hora en que canta el gallo. Ese afán obsesivo de recetarnos, diharina y huevo, “las instrucciones que HE decidido tomar”; distanciadas ellas de un sentido republicano; con acciones y decisiones carentes las más de las veces de sustento y viabilidad; en medio de un escenario en donde los colores de la mampara del fondo son “coincidentemente” los colores de su moreno Partido; adoptando en todo momento el lamentable papel de un “milusos” del poder; con un desempeño más que patético de prácticamente todo su gabinete, mismo que sólo habla cuando el “patrón” lo permite y muchas otras cosas más, nos dejan la sensación de que lo único que le interesa es seguirse manejando como el “mesías” (recordar el Mesías tropical de que nos habla en su libro Enrique Krauze) de más de 100 millones de mexicanos que habitamos este país.
A él que dice saber mucho de la historia de México, bien le valdría repasar lo que registra la misma en tiempos de Luis Echeverría Álvarez, cuando éste personaje ostentó el poder presidencial en buena parte de la década de los 70´s. Sólo hay que recordar lo atosigante que llegó a ser su “declaracionitis” diaria, de la mano de ese afán hiperactivo de ser el único protagonista de la película, situación ésta que aunada a su crasa ignorancia en cuestiones económicas (Amlo dixit), tuvo como consecuencia tangible una de las mayores crisis económicas que haya registrado nuestro país.
Muchos han sido los errores que las decisiones equivocadas y manifiestamente caprichosas de Amlo han ocasionado ya a la economía de nuestro país. Con base en un estudio publicado por el periódico El Economista de fecha reciente (ver el artículo completo en www.eleconomista.com.mx), los 18 errores más costosos que ha cometido el Gobierno Federal del Presidente López Obrador y él de manera predominante en su calidad de autor central de los mismos, en tan sólo 2 meses que lleva ejerciendo su mandato, nos costarán a todos los mexicanos la impresionante cifra de 5 billones 565 mil millones de pesos, cantidad por demás sustentada en calificadas fuentes de información.
La pregunta que surge en automático de todo esto es la siguiente: ¿cuál es el papel que deberá asumir la sociedad civil frente a esta cruda y preocupante realidad?. No hay de otra, tú decides: o la bebemos o la derramamos. Ahí está la clave.
“Si quieres conocer a un hombre
dale poder”
Confucio
Raúl Victoria Iragorri
ExSecretario de Economía de Puebla (1983-86)
y autor del libro Confieso que es…simple
