Los Derechos de la Mujer
“LA MUJER TOTONACA”. La lucha por los derechos de la mujer en una sociedad que le cuesta aceptar el hecho de no ser tan libre como se pensaba, tan segura o tan igualitaria como profesan sus leyes, parece un tema tabú en las esferas políticas y de discrepancia en los asuntos que antes eran exclusivamente liderados por hombres. Si se están preguntado, no, esta no es una plática más de feminismo sexista, ni mucho menos de un arrebato a los cimientos patriarcales, solo quiero, en todo momento, enfatizar la desventurada educación: egocéntrica y llena de virilidad, que no se resiste a aceptar su papel en la cadena alimenticia como el más vil, devorador y cruel de todos los seres vivos; el hombre y su corrupción, sin distinción de género.
Al igual que muchos aquí presentes me seducen sólo los discursos aceptables ¿quién no quisiera solo discursos bellos?, sin crudas cifras, sólo odas a la bonanza de las mujeres en sus múltiples facetas, de las que luchan, de las que no se callan, de las rebeldes y las impredecibles. El tema de la Mujer en México pareciera ser estudiado desde diversas lupas y en circunstancias que a veces pareciera ajenas unas con otras, muchos movimientos en pro del empoderamiento femenino se erigen ahora sobre los hombros imperialistas, sobre el desplome de la conciencia en los mercados globales, pero al hablar de la mujer indígena muchas voces se enmudecen, no porque no quieran la ilustración moderna en temas femeninos, sino que desconocen aquel mundo, mundo raíz, mundo de otro mundo…pareciera que la sabiduría se esconde incluso de sus propios hijos, de sus propias hermanas y aliadas….aquella brujas danzando al son del aire, de la luz, de los espíritus de la cosecha y de las plantas.
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Derechos de la Mujer
Soy una mujer nacida en tierra papanteca, mi cultura es ancestral, tengo la dicha de tener como segunda lengua el Totonaku, herencia de mis abuelos paternos, no crecí en sus albores, en sus palabras-cantos de papanes, ni me eduqué en la sinfonía de la lengua de los Dioses; de aquellas imponentes pirámides; sí, desciendo de ellos, de los hombres que forjaron todo una ciudad llamada “Tajín”,de los tatas que leían las estrellas, que sabían del cero, que creaban sus propios poemas, pero sobretodo de las enseñanzas de mis nanas, mujeres de piel de bronce y largos cuellos perfumados de Xanath “mi mujer vainilla”, con sus enaguas blancas y las flores bordadas en los pañuelos coloridos de seda, recorriendo largos caminos con sus grandes tinajas sobre la cabeza, salían a vender tomate chiquito y flores a cachiquin “pueblo grande” de mis abuelos como Nemorio Martínez Pasarón encantó en el tiempo ,así tal cual postal poética “ Kaglhen kumali.. ¿Túku staya kin kumali? Pakglhcha, xanat, laktsupín “ (¿Qué vendes comadre?) (tomate chiquito, flores y chile chiquito) …”Y así va la totonaca con rumbo a cachiquín…”
Al crecer y reeducarme entendí, y descubrí, cual maravilloso es no sólo el legado de mis nanas y mis tatas, también la grandeza de su espíritu, en ocasiones al recorrer las comunidades veo aquellos rostros de pureza notoria llevándose sus manos alargadas y arrugadas al rostro,mirar con admiración su destreza en el comal de barro, en su gastronomía efusiva y su pisar veloz….
La vainilla es símbolo femenino de la mujer en tierra Papanteca por antonomasia, porque simboliza la fertilidad matriarcal, el sustento del hogar…antes que Papantla se convirtiera en la ciudad que perfuma al mundo y su economía floreciera; su comercio era raquítico con una economía débil, al florecer la vainilla floreció la tierra, florecieron sus hijos y su vuelo fue aún más alto. Desde la trinchera que tengamos, desde la profesión que ejerzamos es importante alzar la voz en todo momento y vigilar los programas encaminados al rescate de la cultura, de la revalorización de la mujer para que se ejecuten correctamente, exigir políticas públicas viables en cuestiones de equidad de género y la agenda de la mujer indígena en los procesos internos y externos de gobernabilidad no hay maneras correctas o incorrectas cuando de derechos conquistados se trata… el poder indígena en México, está emergiendo y ya lo hizo presente la voz de María de Jesús Patricio, “Marichuy”, en la escena nacional al hacer historia como vocera de los indígenas de México siendo pre candidata al máximo cargo del país, la presidencia de la República comenzando así la reivindicación de los hombres y mujeres de la realidad, marchan en silencio con el corazón más fuerte que nunca sabiendo aquello que antes no se les había permitido “hacerse escuchar”
Tengo un sueño, sueño con un país donde pueda ser mujer sin temor, ni miedo, ni instinto de persecución, donde la mujer indígena sea el pilar de sabiduría de la cultura milenaria, que sus brazos y sus sonrisas se disipen para albergar un mundo más consiente, sueño en mi nana Papanteca, mujeres como mi abuela, como mi bisabuela y como yo… que los ojos del mundo nos miren y exhalen ante sus belleza. ¡Viva la Mujer Indígena! ¡Viva la mujer Mexicana! ¡Vivan mis nanas de Papantla!
En recuerdo de mi nana “Nachita”, estrella de mi cielo
Por Alejandra Tejada